Construir un mundo mejor para todos y todas lleno de paz parece una labor titánica, pero no lo es para Blanca Garza y Verónica Barreda, quienes a través de Emcopaz -asociación que crearon juntas- se dedican a generar, promover, apoyar y participar en acciones positivas a favor de la paz a través de la participación ciudadana. Platicamos con ellas acerca de este proyecto y de cómo le hacen para equilibrarlo con su familia y sus hijos.
Por VERÓNICA BARREDA Y BLANCA GARZA
¿Quiénes son profesional y personalmente?
Somos dos mujeres que nacimos en el seno de familias muy similares en valores y educación. Podemos decir que gracias al amor y al ejemplo de casa, aprendimos a compartir, a trabajar, a servir, a experimentar que la unión hace la fuerza. Por ello, más que los títulos profesionales de Lic. En Derecho e Ing. Industrial y de sistemas, psicoterapeutas, masters en desarrollo humano, mediadoras, facilitadoras certificadas nacional e internacionalmente y el sin fin de estudios que hemos tenido la fortuna de realizar, somos seres humanos preocupadas y ocupadas en construir un mejor mundo para todas y todos.
¿Cuáles son sus sueños?
Disfrutar al máximo la vida, disfrutar a nuestras familias, aportar al mundo lo mejor de nuestro ser que sin duda es el amor. Lograr mejores realidades para tantas personas que hoy por hoy no la pasan nada bien. Seguir aprendiendo y sorprendiéndonos con tantas cosas que el mundo ofrece en gratuidad. Ofrecer un mundo más humano y sensible para los que estamos y para los que vendrán. Conocer a nuestros nietos…
¿Cómo se conocieron?
Nos conocemos desde pequeñas, nuestras madres eran amigas y aunque nos llevamos algunos años, coincidíamos cuando salíamos a jugar a la colonia. Después nos perdimos la huella y fue hace diez años cuando nos volvimos a encontrar coincidiendo en un curso que hicimos juntas.
¿De dónde nace la idea de crear EMCOPAZ?
Pues cuando nos reencontramos, empezamos también a estudiar juntas desarrollo humano y psicoterapia gestalt, diseñábamos talleres vivenciales de diversos temas y realizábamos programas sociales apoyando a los grupos en situación vulnerable. Fue entonces cuando comenzamos a tener presencia en muchos lugares y la pregunta que nos hacían era: ¿quiénes son? ¿tienen alguna asociación?…Ahí nace la necesidad de conformar legalmente la asociación civil para poder incidir en políticas públicas y acceder a sitios en donde se requería este formato para poder desarrollar talleres, etc.
Para elegir el nombre no batallamos nada, fue rápido y espontáneo. Si lo que queríamos era construir paz, entonces dijimos “hagámoslo en grande” seamos una empresa constructora, así nos tomarán en cuenta cuando escuchen que somos una empresa diferente. Para crear la marca, escogimos las siglas de empresa (EM) constructora (CO) de PAZ y quedó EMCOPAZ A.C.
Fue un momento divertido y lleno de esperanza. Nos abrazamos y nos juramos que lograríamos nuestro objetivo.
EMCOPAZ, cuéntenos sobre ESTE HERMOSO PROYECTO.
En EMCOPAZ Empresa Constructora de Paz A.C. nos dedicamos a promover los valores que fundamentan a los Derechos Humanos, tales como el respeto, la libertad, la justicia, la igualdad y la solidaridad entre los miembros de la comunidad, atendiendo de manera especial a los grupos en situación vulnerable. Nuestro objetivo es restaurar el tejido social y crear cultura de paz de tal forma que todas las personas puedan sentirse dignas.
Nuestro equipo de trabajo está integrado por especialistas que transversalizan con perspectiva de género todas las actividades que realizan. Desarrollamos programas sociales y brindamos capacitación y asesoría especializada a empresas, instituciones públicas y educativas en el área de derechos humanos, sensibilización y prevención de violencia, justicia restaurativa, igualdad de género, empoderamiento de la mujer, educación para la paz, inteligencia emocional, mediación, círculos de paz, desarrollo humano, trabajo en equipo, liderazgo, desgaste laboral, participación ciudadana y disciplina positiva.
Algunos de nuestros proyectos más relevantes actualmente son los siguientes:
-Reinserción Restaurativa.
– Bienestar del Capital Humano.
-Voluntariado EMCOPAZ.
-Haciendo protestas con propuestas.
-Educando con disciplina positiva.
¿Creen que se puede cambiar el mundo, hacerlo un lugar mejor?
¡Por supuesto que sí! De no creerlo, no estaríamos trabajando en ello. Creemos que no es tarea fácil, pero se puede hacer en la medida en que volvamos a conectar con nuestro mundo, en la medida en que nos reconozcamos como parte de una misma especie. Es importante difundir todo aquello que se hace a diario para generar armonía y bienestar. Es increíble cuanta difusión se le da a las malas noticias y acontecimientos desagradables. Es tiempo de equilibrar lo que escuchamos, lo que vemos. La paz comienza en cada uno de nosotros y si procuramos hacernos conscientes de nuestras palabras, actitudes y acciones, podremos prevenir la violencia y generar escenarios de diálogo, respeto a la diferencia, solidaridad, bienestar, que en conjunto son poderosos catalizadores en la construcción de paz.
¿Cómo le han hecho para alcanzar sus metas profesionales y ser madres?
Hemos tenido un apoyo incondicional de nuestros esposos, hijas, familia en general. Hemos organizado nuestras labores de manera que todo se pueda y nadie salga perdiendo. Ha sido todo un reto, pero involucrar a la familia y hacer trabajo en equipo ha sido lo que nos permite continuar en esto que amamos hacer.
¿Qué mensaje les gustaría dejarle a nuestros lectores?
Primero que nada agradecerles por todo lo que desde su persona hacen para construir paz. Es importante que sepan que todo lo que hacemos diariamente en casa, en el trabajo, escuela, etc., está sumando o dejando de sumar en esto que nos toca a todos construir. Si empezamos a cuidar de nuestra persona, empezamos a cuidar del mundo. Mujeres y hombres que se sienten bien, actúan bien. Podemos ampliar nuestra perspectiva y si ya me hice cargo de mí, entonces habrá que ver en dónde puedo ayudar para generar bienestar a otras y otros que lo necesiten. Finalmente, el mundo es de todas y todos y si queremos vivir en paz, habrá que construirla con diálogo, respeto a la diferencia y amor incondicional.