Por Laura Prieto
Día del padre, en mi niñez pasaba casi desapercibido, no había festivales o grandes detalles como el día de las madres, la tradición era hacerles alguna manualidad diciéndoles lo increíbles que eran como papás, al igual que la celebración, la crianza paterna, al menos en mi caso, era muy diferente a lo que es ahora, papá salía a trabajar y mamá se hacía cargo de los hijos, funcionó, pero en el lado emocional creo que no tanto.
Considero que muchos nuevos padres tienen el deseo de hacer las cosas diferentes, además de proveer, se involucran en la crianza y en formar el lazo emocional con los hijos, buscando lo que en su infancia no tuvieron, en mi caso, mi marido se toma muy en serio la parte de jugar con nuestro hijo, a diferencia de mí que juego con mi niño mientras yo hago tareas, mi esposo se concentra exclusivamente en jugar con él, es el papá cómplice y compañero, yo soy la parte regañona. En esas tardes de juegos, cuando no se cansa de jugar, recordamos que en nuestra infancia eran contadas las ocasiones en que nuestros papás vivieron eso con nosotros, el lazo entre padre e hijo se debe cultivar, un niño no sabe de largas jornadas laborales o de recibos pagados, entiende de tiempo y atención, atesora los recuerdos en familia, en casa el padre no ayuda con los hijos, más bien, ejerce su paternidad, como dice mi esposo “capítulo de la paternidad responsable”, felizmente los estilos de crianza van cambiando y tengo la esperanza que las siguientes generaciones sean más abiertas y seguras de expresar sus sentimientos, miedos, deseos. Sin embargo, ¿fue intención de nuestros padres criarnos de manera distante?, creo que no, siento que fue el ejemplo que ellos recibieron de sus padres, si mi papá era reservado, me imagino a mi abuelo aún más lejano, tal vez nunca leyó un cuento ni mucho menos de involucró en juegos, viendo a mi papá, como abuelo, es una persona totalmente diferente, hay en él una voz de dulzura, que conocí en el nacimiento de mi hijo, es un abuelo que juega a gatas, hace aviones, dibuja, canta, sueña con su nieto y lo extraña, lo veo relajado y que puede disfrutar de la infancia, en una segunda oportunidad de demostrar que no es como lo imaginaba.
Ser padre es una tarea difícil, y cada papá está haciendo lo mejor, con buena intención, gracias a esos héroes que pueden hacer equilibrio para criar hijos emocionalmente equilibrados, feliz día del padre.