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Y ¿DÓNDE ESTÁN LOS PAPÁS DE BULLY?

Por Alex Campos
No sé si esto que voy a contar sólo me ha pasado a mi, tampoco sé hasta dónde llega mi responsabilidad en este tema tan delicado que voy a tocar, de lo que si sé es que hay noches como la de anoche en las que no puedo dormir por estar pensando todo el tiempo lo que debo de hacer para mantenerme leal a mis creencias, ideología y mi sentir. Esta pregunta de ¿qué es lo correcto? resulta a veces tan incómoda e intimidante que no me deja descansar hasta que la enfrento y hago algo al respecto.
He leído y escuchado de especialistas en consejería familiar que la crianza dentro de los 7 primeros años es la más importante. En estos primeros años como padre o madre siembras las semillas que deseas que den flores en los pequeños, flores como la autoestima, el autocontrol, la tenacidad, valentía, amor por otros, el gusto por ser una persona de bien, todas esas semillitas de las que el mundo necesita florecer.
Ahora si, dicho esto, toda madre entiende a la perfección aquel dicho de “el amor de una madre es INCONDICIONAL”, pero a esta frase le falta decir que a veces ese amor incondicional llega con una venda en los ojos y es un arma letal para una mamá que no ve mas allá de los ojos de su pequeño.
Todo padre y madre, por más enamorados que estemos de nuestros pequeños, debemos ser realistas y firmes al momento de encontrar las virtudes y limitaciones de nuestros hijos y sobre todo ese lado “malo” o negro que todo ser humano tiene y que debe ser pulido. Pero para eso tenemos que ser crudos con nosotros mismos y preguntarnos, si mi hijo o hija está siendo violento en el colegio ¿qué estoy haciendo yo cómo padre? ¿Qué está viendo o sintiendo?
Si mi hijo o hija son agresivos “Bullys“, YO SOY RESPONSABLE CÓMO MADRE O PADRE DE CORREGIRLO AHORA, antes de que se quede como parte de su personalidad y yo lo haya permitido, porque créeme la vida se encarga de corregir a su tiempo y esa corrección será más dura que la lección que nosotros como padres podemos darles.
Hace unos días tuve mi primer encuentro de este tipo con mi hijo de 3 años. Estábamos cenando en un restaurante y los niños jugaban en el área de juegos. De pronto escuché un llanto parecido al de mi hijo, corrí según yo al rescate y cuando llegue para mi sorpresa mi niño no era el que lloraba, era otro niño y mi hijo era el culpable. Sentí una punzada profunda en mi corazón, incluso puedo asegurar que sentí como mis ojos se caían de la tristeza que me dio luego de saber lo que sucedió: Mi hijo había golpeado en la cara al otro niño porque no lo dejaba resbalarse. ¡Le dio una patada en la cara! Y si, muero de vergüenza tan sólo de escribirlo. Miles de ideas pasaron por mi mente, quería darle una nalgada fuerte y resonante. No lo hice, pero si lo tomé del brazo, lo arrastre a donde estaba el niño con su mamá y le dije “pídele disculpas”, “ahora dale la mano y dile que estuvo mal lo que hiciste”. Y por supuesto estuvo castigado el resto del día sin poder ir a divertirse a los juegos. No fue un momento cómodo para nada, pero no me arrepiento, creo que fue uno de esos momentos que él recordará cómo penoso y que no querrá repetir.
Pero hoy me ha dolido el corazón, me he sentido preocupada, tensa, inquieta, enojada. Al presenciar actitudes terribles de pequeños en un colegio y en piñatas, niños y niñas sin control, pegando, intimidado a niños más pequeños o de su edad. Niños que sobrepasan los límites de su edad y madres con la mentalidad y bandera de “SON NIÑOS”, “Ellos deben arreglar sus problemas”, “No pasa nada.“  Oye, mamá,  ¡Despierta! ¡SI PASA Y MUCHO! La maldad y la falta de límites en este mundo es lo que provoca esos altos índices de  jóvenes que quieren suicidarse porque sufren acoso o violencia en las escuelas, niños y niñas con autoestima al nivel del suelo por que los típicos Bullys de la escuela les dijeron que eran tontos o feas.
Y ¿dónde están los papás de ese niño que va por la vida golpeando, amedrentando y haciendo menos a otros?
Entiendo que el amor de una madre es INCONDICIONAL pero no el tipo de incondicional que no educa, que no corrige, todas sabemos lo que tenemos en casa y ese es nuestro trabajo, mejorar, pulir, preparar a nuestros hijos, no para su propio beneficio únicamente, sino para que este mundo se llene de generaciones mejores que las pasadas, con una claridad de lo que está bien o mal.
A todas nos duele cuando en el colegio nuestro hijo se mete en problemas de cualquier tipo, o bien, cuando nuestros pequeños no saben defenderse y le tienen pavor a algún niño. Los niños SI son niños y eso no los excusa en ABSOLUTO de no tener límites, de no decir gracias y por favor, de pegar, empujar, gritar, ser groseros, ese es nuestro trabajo, EDUCAR, EDUCAR para poblar este mundo de personas de bien.
A mi se me cae la cara de vergüenza y me entristece cuándo mi niño pelea con otro. Desde que ellos comenzaron su travesía en la escuelita, cada mañana camino al colegio, les doy la misma letanía de “Ayudar a otros”, “Juntar a los que estén solos en el recreo”, “No pelear” y oramos para que ellos tomen BUENAS DECISIONES. Pero en serio, es difícil lograrlo cuando hay papás solapando cada acto incorrecto de sus niños, queriendo tapar el sol con un dedo.
Por favor mamá o papá de la niña o niño que pega, molesta, controla: Abre tus ojos, acepta, corrige, despierta. Haz algo mientras estás a tiempo, la violencia genera violencia, la falta de límites afecta no sólo a un hijo sino a todos los niños, maestros y familia a su alrededor.
Seamos los padres que nuestros hijos necesitan no los que ellos quieren, controlemos a nuestros hijos, no ellos a nosotros, sembremos amor, respeto y tolerancia. Yo haré mi mayor esfuerzo por sembrar flores hermosas con las semillitas que me han tocado, sembremos todo un jardín de bellas flores y árboles frondosos.
Alex Campos: Lic. en Comunicación por la Universidad Del Valle de México. Conductora en diferentes facetas, actualmente presentadora de noticias. Apasionada de la escritura y enamorada del arte de ser mamá. Mamá de Samantha, José Antonio y Rafael.
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