Por Laura Prieto
Ayudar al cliente con su diseño ideal son gajes del oficio, para tatuar, se empieza por el dibujo, a veces los clientes están llenos de dudas y eso complica empezar, en ocasiones hacen más largo este proceso para ganar más tiempo y así decidir tatuarse o no, lo hacen sugiriendo cambios y cambiando ideas, cuando están así de indecisos el proceso termina en un “Gracias, déjame lo pienso”, y es mejor tomar esa pérdida de tiempo con humor, hoy les comparto un cartón, cortesía de mi esposo, que ilustra a la perfección estas situaciones.