Por Blanca Garza y Verónica Barreda / EMCOPAZ
Hoy tenemos nuevamente la oportunidad de saludarlas y saludarlos y compartir con ustedes un tema que aun estando en el siglo XXI, sigue siendo recurrente. El nacer niña en México.
Apenas el pasado 11 de octubre celebramos el Día Internacional de la niña. Más de 20 millones son niñas y adolescentes en nuestro país. Las que somos madres de niñas, lo celebramos, incluso pudimos ver en redes sociales las expresiones de amor y admiración de muchas y muchos otros también compartiendo fotos de ellas. Algunas otras niñas, y ya no digamos del mundo, también las que viven dentro de México, no tienen esta ventaja. Ellas todos los días se preguntan, ¿qué sería de mí si hubiera nacido niño? Esta violencia y desigualdad que enfrentan las mujeres comienza desde que son niñas, incluso desde antes de nacer. ¿Cómo podríamos entonces hablar de igualdad en oportunidades y circunstancias, si no existe una igualdad sustantiva entre niñas y niños?
Pero hablemos de números, ¿qué dicen algunos indicadores de desarrollo social de niñas y niños en México y en el mundo?
- Casi 700 millones de mujeres que hoy viven, se casaron siendo niñas; en México, 1 de cada 5 se casa antes de los 18 años;
- Más de 133 millones de niñas en el mundo han sufrido de mutilación genital: ablación del clítoris;
- En México, de los niños y adolescentes que trabajan 39.8% sólo tienen primaria concluida, mientras que las niñas y adolescentes en esa misma situación son el 44.1%. Trabajan antes de llegar a ciertos logros educativos con más frecuencia más que niños y adolescentes.
- Niñas y adolescentes realizan más trabajo no remunerado que sus pares niños y adolescentes. De modo que 40.4% de niños y adolescentes no reciben pago por su trabajo en el mercado, mientras que 47.9% de las niñas y adolescentes están en esa situación.
- El 29.7% de las niñas y adolescentes dedican más de 28 horas semanales a realizar trabajo doméstico mientras que 4.7% niños y adolescentes dedican más de 28 horas.
Y quizá el dato más alarmante que hoy enfrenta Méxcio respecto a los derechos de las niñas y las adolescentes está en el embarazo.
El 46% de las niñas y adolescentes que iniciaron su vida sexual lo hicieron sin anticonceptivos, producto de un modelo educativo que no contempla como prioritaria la educación sexual libre y abierta.
¿Cómo revertir la vulneración de los derechos de niñas y adolescentes? Por supuesto, a través de la educación, la que se da desde las familias y la impartida en las escuelas, que les permita conocer y exigir todos sus derechos. A través de la participación de la sociedad civil, empresas, medios de comunicación. El conjunto de todos estos actores hemos tenido nuestra parte de responsabilidad en la situación que viven, y ahora también somos responsables de modificarla.
Para alcanzar de manera plena el empoderamiento de las niñas y las adolescentes de México, el SIPINNA ha emprendido diversas acciones para revertir las tendencias que hoy las colocan en situación de vulnerabilidad:
- Prevenir la deserción escolar de niñas y adolescentes.
- Erradicación del matrimonio infantil.
- Prevención del embarazo adolescente.
20 millones de personas es más de la población total que tienen países como Chile, Guatemala y Holanda, y es casi la suma total de la población de los países nórdicos juntos (Noruega, Dinamarca y Finlandia). Hoy sabemos que no son solo María, Anasofia, Peque y Luciana nuestras niñas. Hoy te invitamos a pensar en plural. En creer que esos 20 millones de niñas y adolescentes merecen una vida digna, merecen saberse amadas y respetadas, merecen todo aquello que soñamos para las nuestras. Ni más ni menos.