Por Elena Hernández
Hace tiempo escribí en casi 3 cuartillas todas las cosas que odio, o que odiaba, en aquel entonces, tenía 20 años. Hoy, no sé porqué, lo he recordado, y sin ser tan dura conmigo misma, creo que ocupaba mucho tiempo entonces en todo lo que no me gustaba, lo que no toleraba y trataba siempre de hacerme consciente de ello para alejarme de esas cosas.
Hoy, aunque conozco muy bien lo que me gusta y lo que no, ya no hago hincapié en ello, ni siquiera lo pienso, al final de cuentas diariamente soportamos cosas que odiamos en mayor o menor medida que van desde una mañana fría y neblinosa, para quienes no gustan de ese clima, o la mala cara del guardia de la escuela, que no es mi caso, el guardia es siempre bien amable y se sabe los nombres de mis hijos, la estación de radio que no se sintoniza bien, aunque yo no escucho la radio; el café frío porque me ocupé en mil cosas que se me olvidó que estaba en mi taza favorita ya listo para tomarlo, aunque ya no me lo preparo en taza, he optado por ponerlo en termo y de este modo se conserva caliente mientras hago malabares en mi casa y se me olvida tres o cuatro veces; o que el tiempo se me vaya como agua y las mañanas no me alcancen casi para nada que cuando acuerdo ya no es tiempo para aquella lasagna que tenía pensada para la comida y termino haciendo una ensalada de atún que por cierto a mis niños les encanta; o que se me despinten las uñas tras la primera lavada de trastes y tengo que volver a pintarlas, aunque ahora casi no me las pinto o uso esmalte transparente con gliter que disimula muy bien cuando empiezan a despintarse; o cuando me levanto muy temprano y estoy bañada, vestida y peinada para una cita y me cancelan en ese momento, entonces veo el lado positivo y pienso que ahora estoy lista 2 horas antes de lo normal y que la mañana va a rendirme mucho y que tengo tiempo para tomarme tranquila mi café y así cada situación que ahora pudiera odiar, opto por no odiarla, por sacar ventaja, por moldearme a mí misma para vencer esos pequeños obstáculos diarios, hago que la cosas no me molesten, me hago consciente de mi día y de la responsabilidad de ser feliz y de tener siempre o casi siempre una actitud positiva y comprensiva ante la vida y las personas. No siempre lo logro, pero cada mañana es mi propósito. ¿Cuál es tu propósito de cada día?