Por Champaca Treviño
Desde pequeños hemos escuchado hablar de la alegría, la felicidad. Hay que ser felices, por qué no estás feliz, no te veo contento o contenta. Es como una presión por lograr la felicidad.
En una ocasión una persona me preguntó: Champaca ¿tú eres feliz con tu trabajo? Siempre te veo corriendo. “Por supuesto que sí lo soy, sin vivir obsesionada con lograr la felicidad ya que no puedo querer vivir en un paraíso profesional irreal, mejor aún, reinventarse día a día, con plena responsabilidad y compromiso que la felicidad depende de mí y no de los demás.”
Hay empresas que me han hablado y me dicen, “vemos a la gente estresada, necesitamos un curso de motivación en donde logremos que la gente salga feliz.” Entonces, me puse a pensar: ¿qué es la felicidad? ¿qué implica felicidad en un trabajo, en el día a día de las personas? ¿puedo yo influir en los demás para lograr la felicidad con un curso?
Considero que todos tenemos un punto de vista distinto, como dicen, cada cabeza es un mundo, para mí, la felicidad es no tener miedo a sufrir, a equivocarme, a no lograr metas, a perder, a caerme, a disfrutar plenamente lo que hago con alegría y sin sabores.
En Intensamente, película de Disney es fascinante cómo explican de forma muy sencilla el funcionamiento de la mente de las personas y de cada una de las emociones. Para poder tener alegría y felicidad, necesitamos también de la tristeza. Es prácticamente imposible ser felices si no experimentamos también dolor, tristeza, desagrado, pero sobre todo MIEDO, ¿por qué tenemos tanto miedo a sentir miedo o a no ser felices?
Por supuesto que disfruto mi trabajo y me he equivocado y caído en muchas ocasiones, sin embargo, creo que todos aspiramos a la felicidad, a descubrir cómo lograrla, encontrarla y todos tenemos un punto distinto de lo que es.
Estoy segura que en el camino a su búsqueda tenemos un gran aprendizaje, en algún momento de nuestras vidas pensábamos que la conseguiríamos con un proyecto, un trabajo, un monto económico, un auto, un viaje y sin embargo esa felicidad es momentánea, breve, necesitamos bajar nuestras expectativas, reducir nuestras necesidades y con ello disfrutar más las pequeñas y constantes cosas y momentos de la vida, un café, una plática, una película, una canción, un chocolate, un problema, un aprendizaje, ¡todo! ya que la felicidad depende de nosotros mismos.
En el aspecto empresarial, me ha tocado percibir como la gente busca programas de capacitación, desarrollo de competencias, aumentos de sueldo, prestaciones, planes de vida y carrera entre muchas otras cosas para aspirar a lograr la felicidad en sus colaboradores. Sin embargo, estoy plenamente convencida que todo esto funciona si se une con algo más, con un conocimiento profundo de sí mismos, de nuestras creencias, paradigmas, necesidades, expectativas, saber verdaderamente qué queremos y no solo eso, conocer también las personalidades y temperamentos. Todos tenemos una historia de vida distinta la felicidad es interna, depende de nosotros mismos y de disfrutar lo que la vida nos otorga.
Por supuesto que existen proyectos empresariales que apoyan a lograr la felicidad. El trabajar con optimismo, respeto y gratitud genera una gran diferencia, logra satisfacción laboral y con ello se contribuye a la productividad, sin embargo, necesitamos conocer cómo funciona la mente, qué tenemos en nuestro subconsciente, nuestros pensamientos, para poder determinar qué y cómo puedo encontrar mi propia felicidad.
¿Qué sugeriría como elementos importantes en la felicidad? Romper el ego, superar la vanidad, bajar las expectativas y disfrutar todo con amor infinito creo es una buena mezcla para empezar a ver nuestro día a día con otros ojos y encontrar ese camino que todos buscamos hacia la felicidad.