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EL ABC PARA COMPRAR EN UN MERCADO DE SEGUNDA MANO

Por Susana Veloz

 

La primera vez que escuché de un mercado de segunda mano fue en un viaje a Francia. Durante ese año universitario, las fiestas temáticas eran recurrentes y la única manera de vestir de acuerdo a la década pactada, era acudir a las tiendas de ropa de segunda mano.

Desde entonces, no lo voy a negar, me hice un poco adicta a visitar mercadillos, bazares y lugares de cosas antiguas. Desde El Rastro en Madrid, hasta una tienda de Goodwill en Laredo, Texas, pasando por las “pulgas” de Saltillo, estos mercados siempre me han parecido fascinantes. Y sí, en ellos me he encontrado artículos de vestir y adornos a precios accesibles y en muy buenas condiciones. Claro, sin contar ese sentimiento extraño de haber encontrado algo especial. Como niña que encuentra un tesoro.

Hoy, con ya algunos kilómetros de pasillos y puestos recorridos, puedo darles estos consejos a la hora de comprar en un mercado de segunda mano.

LLeva zapatos cómodos y una buena compañía.

Asegúrate de llevar ropa y zapatos cómodos. Ese recorrido que parecía corto porque ibas por una sola cosa, se puede eternizar con la vista de cosas antiguas, ropa que te parece interesante, utensilios que al fin encuentras, etc. Y si esto sucede, nada mejor que ir con amigos o familia. Te pueden ayudar a elegir lo que compras y además compartirás un día distinto.

Lleva un presupuesto definido.

Porque claro, aunque las cosas que encuentres sean muy baratas, tampoco queremos caer de nuevo en llevar cosas que no vayamos a utilizar. Los artículos, enceres domésticos y muebles, son más caros que las prendas de vestir y con pocos vendedores podrás regatear.

 

Revisa tu closet y armarios.

Llevar una lista de cosas que te hagan falta o buscas te ayuda a salir triunfante y mejor librado de las comprar en exceso. En cuestión de prendas de vestir, a veces un cinturón, unos aretes, un collar o un saco, es todo lo que nos hace falta para ponernos algo que ya tenemos en casa. Y con respecto a los artículos del hogar, revisar previamente si algunas de las cosas que tenemos están incompletas (cargadores, control remoto, una cafetera, una lámpara, etc.) o si nos gustaría algún adorno en específico, puede guiar nuestra compra para usar algo que ya habíamos olvidado que teníamos.

 

Lleva tus propias bolsas.

Ya hay suficiente plástico en el mundo y al llevar las tuyas habrás optado por una compra más sustentable.

Tomados en cuenta estos puntos, ¡ya estas list@! ¡A visitar el mercado se ha dicho! Y ahí, deberás observar lo siguiente:

 

Pide probar prendas, accesorios o electrodomésticos.

Porque claro, también hay malas experiencias con cosas que llegando a casa resulta que no servían o que tenían descomposturas irreparables.

Por ello, lo ideal es que estando ahí te pruebes, abras, cierres y revises si están completas las piezas y si es eléctrico, que en verdad funcione. Así mismo, pregunta si necesita baterías o si requiere cuidado especial de mantenimiento o lavado. Esto siempre aplica en enceres domésticos y juguetes.

Si compras ropa…

Busca prendas básicas. Así, podrás usarlas con lo que ya tienes en casa. Sacos, cinturones, collares, bolsos, chamarras, sombreros, accesorios, etc.

Así mismo, se creativ@. Utiliza estos espacios para comprar cosas diferentes!!! Podrás probar telas nuevas, estampados, cortes, etc. y si no te gusta, no habrás gastado tanto en ello.

Regatear o no regatear.

El regateo en nuestro país existe desde siempre: una velada pugna entre el comprador y el vendedor que definirá un precio final que se ajuste a ambas necesidades. ¿El triunfante? Quien logre bajar más el precio. Sin embargo, la experiencia me ha enseñado que en muebles antiguos es difícil regatear. Incluso uno como cliente puede darse cuenta del valor del objeto y solo elegir llevarlo a ese precio o no. En cuestión de ropa, electrodomésticos y artículos electrónicos podrá ser un poco más fácil, ya que muchas veces el estado del objeto permite pedir un precio más bajo y el vendedor accederá. Pero recuerden probar su funcionamiento.

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Para muchos, el final de este recorrido entre pasillos llenos de ropa, antigüedades, discos, muebles, cosas eléctricas, juguetes, etc. habrá sido una excelente compra a un precio bastante accesible. Pero con ello, no debemos olvidar que también se cubren dos de los principios más importantes de la sustentabilidad: Reusar y Reciclar.

Comprar cosas de segunda mano, en una época en la que todo es desechable, extiende la vida útil de cualquier objeto evitando que vaya innecesariamente a la basura antes de tiempo.

Así mismo, en su gran mayoría son cosas que están en perfectas condiciones, generándonos un ahorro considerable a los compradores y un ingreso extra al vendedor. Se vuelve un ganar ganar.

Y finalmente, este estilo de vida nos hace ser un poquito más conscientes de nuestro consumo, de lo que verdaderamente cuestan las cosas y de lo que duran.

Así que si existe un mercado de segunda mano cerca de ti, ¡Visítalo! U organiza uno con tus conocidos. Nunca sabes qué te puedes encontrar.

Susana Veloz: Realicé mis estudios de fotografía en la Ciudad de México, especializándome en Técnica Polaroid, Arte Zen, Iluminación y Retrato. Mi trabajo ha sido publicado en diversos medios impresos. Desde 2007 me dedico a la docencia. Hoy divido mi tiempo entre dar clases, realizar sesiones y rescatar perros de la calle.
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