Por Dennis Charles
Durante estos seis años, hemos tenido mascotas temporales en nuestro hogar: tortugas de agua, conejos, peces y una perrita. Debo confesar que la mayoría de las veces, mas bien todas, las mascotas han llegado a casa no porque mi niña me las pidiera, sino porque a mi me encantan. Ahora con dos niñas, hemos decidido solo tener un pez, aunque mi hija mayor, ya de seis años, ha pedido tener nuevamente un perrito.
Podemos enseñar a nuestros hijos habilidades de responsabilidad y compromiso mediante el cuidado de las mascotas. Todos los niños quieren una mascota y para conseguirla, generalmente hacen la promesa de cuidarla; los primeros días, los niños se ven motivados en alimentar y limpiar a su mascota, pero conforme pasa el tiempo, los padres somos los que terminamos por hacer su tarea. Esto es algo completamente normal en los niños y una oportunidad para continuar con el proceso de la enseñanza de la responsabilidad.
Los niños realmente se les olvida sus compromisos con sus mascotas, por lo que los padres tenemos que recordarles, de una manera amable, cuáles son sus responsabilidades. Una manera sencilla es elaborando junto con los niños, una rutina donde se incluya el cuidado de las mascotas, la cuál incluya acciones como “alimentar, bañar y jugar con las mascotas”. Por ejemplo: “Alimentar al perro antes de ir a comer”.
Si tus hijos aún no cuentan con una mascota, pero entre todos han tomado la decisión de adquirir una; puedes involucrar más a los niños si les enseñas el valor y el costo de la mascota que desean adquirir. Permíteles que ahorren dinero y elaboren un plan para que ellos puedan también contribuir en los gastos de comida, veterinario y accesorios.
Una mascota realmente se puede convertir en un miembro más de la familia, a menudo de que todos se involucren en su cuidado. No debería de ser una carga, se deben de disfrutar. Sabemos que cualquier tipo de mascota requiere de cuidados especiales; antes de adquirir una, debemos de poner en una lista todas las ventajas y desventajas para así tomar la mejor decisión. Debemos dar a nuestros hijos la oportunidad de aprender a ser responsables al cuidar de una mascota, recordando que es normal que se les olviden realizar sus obligaciones hacia ellas, no porque no les importen sus mascotas, sino que sus prioridades siempre serán otras; nosotros los padres constantemente tendremos que hacerlos conscientes de lo que implica tener un animalito en casa.
Nuestra pequeña mascotita es un pez beta de nombre cambiable, unos días se llama “morita” y otros días se llama “rosita”. Y aunque sus cuidados son pocos, es una gran paso de desarrollar responsabilidad y cooperación.