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VOLVER A SER

Por Kim Dewey

 

Volver a ser la misma, regresar a ser/hacer lo que era antes de ser mamá, regresar al peso/trabajo/rutina de antes es casi una exigencia social después de tener un hijo. Pero, ¿Es posible?, ¿Como se hace cuando el cuerpo, mente y espíritu han vivido tal transformación como gestar, crecer, parir, alimentar y cuidar a un nuevo ser? La sola idea que debemos cambiar lo menos posible, o que el “ni parece que tuviste un bebé o dos o tres” se considere un halago me da risa. Perdón, no, no me da risa, es bastante triste y lo pagamos caro. Es una de las tantas formas sutiles de hacer y mantener la maternidad invisible. U mensaje tipo, aquí no pasó nada. Next.

La realidad es diferente, la maternidad revoluciona. Si nos entregamos a ella – con la falta de sueño, caída de cabello, manchas de leche, falta de tiempo – así con todo, la maternidad remueve lo mas profundo de nuestro ser,  y eso no se puede esconder por mucho tiempo.

Ahora, si en medio de esa revolución nos detenemos por un momento a sentir, respirar y escucharnos, sucede algo extraordinario: la oportunidad de reinventarnos. Es inevitable, la maternidad nos abre paso a una versión mas despierta, mas honesta y en mayor sintonía con nosotras mismas y el mundo.

Imagina que la energía que usamos tratando de encajar en lo que éramos antes o cumplir con estándares sociales con los que no nos sentimos parte, la ofrecemos a vivir la maternidad abiertas a lo que tiene para mostrarnos, aún en medio del desorden y llenas de dudas y miedos, no solo nos encontramos con nuevos mundos y posibilidades (o con nosotras mismas), si no que validamos nuestra individualidad, nuestros dones y necesidades, nos vemos al espejo con agradecimiento y asombro hacia nuestro cuerpo, nos encontramos sagradas y vulnerables. Ahí comienza la transformación.

Como arañitas, cada una desde su lugar, cada una viviendo su proceso,  vamos tejiendo una red colectiva de sustento y complicidad que a simple vista no se ve, pero es en esa conexión y acompañamiento que nos hacemos visibles.

Respiramos. Es momento de reinventarse, quizá de cambiar de rumbo, de atreverse, de seguir nuestra intuición, de pedir ayuda, de crear alianzas, de acompañar y crear. Así, con la bolsa llenas de juguetes y “cositas”, bebés pegados a la teta, niños pidiendo atención 24/7, comida y uniformes que preparar. Atendemos el llamado a encontrarnos, a compartir historias, a liberarnos, a confiar y celebrar la maternidad.

Porque la maternidad transforma una y otra vez. Porque hay un par (o varios pares) de ojos que nos observan todo el tiempo y aprenden de nosotros, porque la vida cobra un nuevo sentido, porque de pronto el tiempo pasa demasiado lento y mucho mas rápido de lo que pensamos, porque recordamos el valor de lo mas simple y nuestra propia esencia, porque queremos un mundo mas pacifico y seguro para nuestros hijos, porque  las mujeres somos así, cíclicas, cambiantes, creadoras.  Porque hoy mas que nunca el planeta y la humanidad necesitan el poder de las madres despiertas, conscientes, revolucionarias.

Creo que es el mejor regalo que le podemos dar a nuestros hijos, a los niñas y niñas que nos rodean y a la futuras madres.

Entonces, ¿Como se vuelve a ser la misma que se era antes de ser madre? Simple, no se vuelve a ser la misma. Nos transformamos.

Kim Dewey: Mamá, yoguini, diseñadora y viajera de corazón. Criando despacio. Lo que me inspira: mi familia, la naturaleza, la magia de lo cotidiano.
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