Por Cristina Daza Buchholz
Es difícil ser mamá hoy en día. Bueno, ser mamá, ser mujer, ser persona. Ya no puedes decir nada sin empezar con los argumentos que te llevaron a tomar esa decisión y mucho mejor si además de estos argumentos citas fuentes… científicas preferiblemente.
Es agotador francamente.
Si no lo haces de esta manera entonces sentirás que te observen con mirada penetrante quienes te estén juzgando por tus decisiones o ya directamente te hacen saber que tal “experto” indicó esto y lo otro. Si es virtual a veces es peor porque el hecho de estar detrás de una pantalla hace que las personas actúen a veces de una manera desconcertante por decirlo bonito, descortés, agresivo e imperioso por decirlo real.
A esto también hay que agregar que por un lado te dicen que tienes que seguir más tus instintos, estar mas conectada contigo misma y las necesidades de tu bebé, de tu familia y de tu maternidad cuando a la vez te están diciendo que esto sólo es válido cuando lo haces apegándote a estudios científicos y opiniones de expertos en la materia… porque la tuya viene “falla”.
Definitivamente es una línea fina la que hay que navegar entre el instinto y la nueva maternidad y crianza basada en instinto guiado por evidencia científica. Hay días que amaneces de buen humor y das todas las explicaciones del mundo citando fuentes y demás mientras que otros días lo que te sale del fuero interior es ¡¡¡pues no me da la gana!!! (en tu cabeza obvio) Lo hago así porque quiero y punto (¡aunque lo hagas basándote en evidencia!)
Para seguir agregándole cosas al asunto, porque es un círculo infinito o al menos a veces siento que es así, esta información que utilizamos para nuestros argumentos puede venir de una sola fuente, no ser fidedigna, tampoco ser actual y como seres humanos a veces lo que pasa es que no la leímos bien. Si exacto, hay veces que el error viene de nosotros. No estamos exentas.
En fin, qué podemos hacer:
- Ser empáticas, acompañémonos en estos nuevos retos de la maternidad, crianza y vida.
- No forcemos nuestras creencias en los demás así lo hagamos por el “bien” de todos los bebés y todas las mamás
- No todas las familias tienen la misma dinámica, si partimos de los primero dos puntos podemos darnos cuenta de que lo que nos funciona a nosotros no necesariamente le funciona a los demás y eso no nos convierte en las correctas y a ellos en los equivocados.
- Moderar nuestro lenguaje, como dicen por ahí: lo cortés no quita lo valiente.
Para terminar tampoco tenemos que hacer lo anterior, no está basado en evidencia aunque quizás si… Como decían en Bienvenidos (un programa de televisión venezolana) cuando en duda: ¡Hagan bien y no miren a quien!
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