Por Daniella Monarez
Es bien conocido que el año nuevo llega con doce propósitos, de los que generalmente uno o ninguno se termina llevando a cabo. Y eso sucede porque es común solo desearlos sin agregarles la razón adecuada.
Lo que se tiene que hacer es encontrar el motivo por el cual realizamos el propósito. Un ejemplo, si el propósito es bajar de peso, para lograrlo hay que ir más allá, y encontrar el motivo para lograrlo, como bajar los niveles de glucosa, volver a entrar a ese jeans de hace 2 años, etc. O dejar de fumar, por si mismo pareciera un buen propósito, sin embargo sin la motivación correcta es probable que no se logre. Así que se puede potenciar el propósito de dejar de fumar si se agrega que lo que se busca es despintar los dientes manchados o colaborar a que disminuyan las alergias en los hijos.
Un propósito sin motivo, es como un televisor sin cable, se puede ver la pantalla, pero sin la imagen, realmente no funciona.
Basta con rascarle un poquito más a nuestros deseos y propósitos, organizar la manera de llevarlos a cabo, si son dos o más, ayudaría mucho que entre ellos se enlazaran para un bien común, como ir al gimnasio, bajar de peso, comer más sano, en general, de éstos tres la motivación principal podría ser bajar esos triglicéridos que tanto pusieron gorro el año pasado.
Los mexicanos somos personas con bastante determinación. Estoy segura que solo basta encontrar el buen motivo para lograr todo lo que nos proponemos. NES