Para Champaca Treviño
Las mujeres somos capaces de lograr nuestras metas, y no, no es un artículo feminista ni de equidad de género, tampoco de cómo poder ser mejor que los hombres o de quién es más fuerte.
Grandes y maravillosos hombres han estado y están en mi vida que de una u otra forma han ayudado en mi perspectiva sobre la capacidad de conocerme, quererme, aceptarme y auto criticarme de forma constructiva.
Mi padre a quien constantemente le he dicho que ya no nos dé esos sustos, sobreviviente del cáncer, en 2018 dos embolias y puedo enlistar más cosas, sin embargo, su actitud es de ir hacia adelante y desde pequeña aprendí con él que en casa teníamos igualdad de derechos y responsabilidades en conjunto con mis hermanos.
Mis hermanos de quienes podría enumerar maravillas que han formado en mí, mi esposo un gran pilar que siempre ha confiado en mis sueños, en mis metas y me ha apoyado a lograrlas y podría mencionar tíos, abuelos, amigos, grandes protagonistas en mi camino de vida que han dejado una huella importante para forjar mi carácter y personalidad.
Sin embargo, volteo a mi alrededor y veo cómo a pesar del paso del tiempo los paradigmas en los roles de la mujer continúan, en mayor o menor medida y siendo sinceras nosotras las mujeres somos quienes también nos empeñamos en fomentar estos paradigmas y no solo los hombres.
Nosotras como mujeres que etiquetamos a la que trabaja, a la que no trabaja, a la que viaja por un proyecto, a la que va al gimnasio, a la que cocina, a la que tiene ayuda, a la que sí y a la que no, hemos visto y hasta escuchado que el peor enemigo de una mujer es otra mujer, “amistades” que se rompen, grupos que se deshacen, trabajos en donde se obstaculizan unas a otras y las cosas no deberían de ser así.
Mujeres que rompen paradigmas deberían de ser las noticias que nos alienten a tener la fuerza de lograr nuestros sueños.
En diciembre la persona que amablemente nos ayudaba en las tareas del hogar ya no pudo continuar con nosotros. ¿Qué puedo decir de ella? Una excelente mujer, organizada, limpia, prudente, responsable, puntual, comprometida, de esas personas que dices quiero que se quede siempre conmigo, sin embargo poco tiempo tuvimos el placer de que nos ayudara. Desde que empezó me dijo señora mi sueño es trabajar, sentirme útil, ya no puedo estar en mi casa encerrada sin hacer nada, necesito trabajar pero y el pero llegó, mi marido no me deja trabajar, tenía el apoyo de sus 3 hijos ya grandes, ella de 60 años, la vi llegar todos los días con una sonrisa enorme, disfrutando su trabajo en la casa hasta que llegó el día, su esposo se enteró y ya no pudo continuar con nosotros, su voz, su mirada cambió. ¿Por qué continuar con esos paradigmas en la mujer y los roles? Necesitamos construir y lograr nuestros sueños.
¿Por qué trabajas Champaca? ¿No sería mejor que te dedicaras a tu casa y a tus hijos? Me han preguntado en muchas ocasiones, mi respuesta siempre ha sido, porque lo disfruto, me apasiona, me permite crecer y con ello generar algo positivo en mi misma, en mis hijos, en mi esposo en la gente que me rodea, por cierto, gracias a todos los que han confiado en mi trabajo y ello me permite continuar.
Pero volviendo al tema, en donde estos paradigmas es una realidad, existen.
Ser muy buena en el rol de mujer y ama de casa, cocinar perfecto, tener la casa en orden. Por supuesto que es una responsabilidad que tenemos el cuidado de la casa sin embargo si no soy la mejor para cocinar el arroz y prefiero comprarlo, no necesito la crítica de otra mujer diciéndome que el arroz es lo mas fácil de cocinar porque para mí es misión imposible.
Escoger la prioridad o la familia o tu carrera, gran tema de conversación para varias tardes, no es necesario optar por uno o el otro, podemos hacer un equilibrio adecuado entre la familia y tus sueños sobre tu carrera. Una gran amiga que está en espera de su primer bebé en una charla comentábamos sobre por qué etiquetar tanto el embarazo vs el trabajo, tantas frases que decimos las mujeres sobre, elegir cuidar al bebé y dejar de trabajar, o la vida se va a complicar. Efectivamente es un reto maravilloso el compaginar los dos sueños sin embrago en lo personal es lo que más me motiva en mi trabajo, mi familia, si se puede lograr los dos temas.
Hay trabajos que solo son para hombres, gran paradigma, efectivamente somos diferentes en fuerza, forma de pensar, sin embargo, no es una limitante, en donde me hizo recordar este acertijo,
Un padre y su hijo viajan en coche y tienen un accidente grave. El padre muere y al hijo se lo llevan al hospital porque necesita una compleja operación de emergencia, para la que llaman a una eminencia médica. Pero cuando entra en el quirófano dice: “No puedo operarlo, es mi hijo”.
Habrá personas que no se les ocurre resolver el acertijo diciendo que la eminencia médica es una mujer.
Hay prejuicios “implícitos” que se remonta a nuestra infancia y de lo que aprendimos del mundo que nos rodeaba y cómo el cerebro generó asociaciones inconscientes y de ahí la formulación de paradigmas.
Y así podríamos mencionar muchos más paradigmas en los roles de la mujer, sin embargo, lo importante es romperlos, empezar por uno, no necesito esperar a que en el mundo cambie, uno debe empezar el cambio.
El primer paso es ser flexibles y comprender que los paradigmas son modelos o patrones de comportamiento, conformados por ideas, creencias, emociones y actitudes que hemos incorporado como nuestras a lo largo de la vida, sobre un determinado aspecto de la realidad y estos modelos establecen límites en nuestras vidas, trabajos, profesiones, empresas.
¿Qué hay de malo en querer hacer las cosas diferentes, divertidas, sintiendo felicidad, alegría?
Hay que entender que el mundo gira constantemente, la vida continua y nunca seremos igual que ayer ni mejor que mañana, estamos en constante proceso de mejora cada día. El romper con un paradigma significa simplemente modificar tu manera de pensar y hacer las cosas en beneficio para ti y los que te rodean, ten paciencia poco a poco, ve paso a paso y no desesperes porque por lo general tenemos pensamientos tan arraigados que llegan como una maquina automática, inconsciente, rutinaria y familiar; por lo tanto, la forma en que actuamos en nuestro día a día es por lo general también automática e inconsciente.
Si crees que cambiando una creencia o paradigma podrás tener mayor éxito, lograr un mayor bienestar, no lo dudes, rómpelos, te invito a iniciar este 2019 con una nueva perspectiva sobre lo que puedes llegar a lograr.