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¿Y POR QUÉ NO SACAS MÁS?

Por María Magdalena Monroy

“Un pescador estaba en el muelle a punto de irse con varios atunes cuando un hombre le pregunta cuánto tardó en pescarlos. A lo que responde que un par de horas ¿y por qué no sacas más? Pues porque tengo lo suficiente para atender las necesidades de mi familia, contestó.

¿Pero qué haces con el resto de tu tiempo? Descanso, juego con mis hijos, duermo la siesta con mi mujer y por la noche salgo con mis amigos a tocar la guitarra. Tengo una vida placentera.

El hombre al ver las habilidades del pescador se ofreció a financiarle una flota de pesqueros e irse a la capital a manejar su empresa. Y así en 15 ó 20 años podría vender sus acciones y volverse rico.

¿Y luego qué? Preguntó el pescador, luego te podrás retirar, vivir en un pueblito en donde podrás dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, dormir la siesta con tu mujer y pasar las noches con tus amigos tocando la guitarra.

A lo que el pescador respondió ¿acaso no es eso lo que tengo ya?”

Manejar nuestro tiempo y elegir lo que queremos hacer con él suena obvio, pero en esta época de cambios acelerados donde tenemos muchas opciones, precisamente esta variable de EL TIEMPO se vuelve limitada.

Un plan de vida puede servirnos para tomar decisiones que den sentido y propósito a nuestro quehacer diario.

Cuando no existe un plan de vida nos llenamos de actividades sociales, familiares y de trabajo y terminamos haciendo lo urgente que no necesariamente es lo importante.

Por eso debemos preguntarnos ¿qué me hace feliz? ¿cómo me gustaría que la gente me recuerde? Y que nuestro tránsito en este mundo no sólo sea nacer, vivir y pasar por la vida sin saber para qué existimos.

Podríamos iniciar por escribir una lista de todas las cosas que nos den satisfacción y anotar cuánto tiempo les dedicamos. Luego seleccionemos por lo menos 3 actividades y manos a la obra. La parte más sencilla es hacer el plan de vida, lo difícil es llevarlo a cabo, hacer que suceda.

Aquí algunos tips:

  1. Aprende a decir que no sin sentirte culpable.
  2. Planea tu día dejando espacio para imprevistos.
  3. Por más que te desagrade no eres indispensable ni en tu oficina ni en tu casa.
  4. Separa los problemas reales de los imaginarios, estos últimos son una pérdida de tiempo.
  5. Descubre el placer en las cosas cotidianas: comer, dormir, caminar, conversar.
  6. Sé flexible.
  7. Date una hora de una actividad placentera, esta puede sustituir tres de frustración.

Revisemos nuestras historias personales y hagamos los cambios necesarios HOY para “sacarle jugo” a nuestras vidas. Si es necesario rompamos paradigmas. Y así, al igual que el pescador podamos contestar afirmativamente un, ¿acaso no es eso lo que tengo ya?

Asociacion Nacional Pro Superacion Personal A.C.:
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