Por Laura Prieto
En el pasado había muchos miedos al tatuarse, ya que no habían los materiales adecuados al alcance de todo tatuador, ademas de que el servicio de salud no tenía regulados a los establecimientos que aplicaban tatuajes en antaño, había miedo a adquirir infecciones transmitidas por agujas. La creencia de que las tintas contaminaban la sangre con plomo prevaleció por muchos años, así como el no poder donar sangre, entre muchos otros. Poco a poco se fueron dejando de lado esas preocupaciones, ya que los materiales esterilizados de fábrica fueron más accesibles y el departamento de salud se ocupó de regular los estudios de tatuaje, hoy, todos tenemos confianza de tatuarnos, creyendo que hay pocos riesgos a la salud, pero, ¿es así?
Hace dos años concluyó un estudio que demostró que las partículas de tinta podían migrar de la piel a los nódulos linfáticos, haciéndolos crecer. Los efectos a largo plazo no se estudiaron, por lo que todavía se desconocen, pero los resultados de la investigación causaron gran revuelo en los medios de comunicación, alarmando a la comunidad tatuada, ya que los tatuajes fueron señalados como posibles causantes de cáncer, pero resultados fueron muy preeliminares como para afirmar que los tatuajes causan cáncer.
Las infecciones o alergias son comunes al hacerse un tatuaje, son fáciles de tratar, es sencillo darles seguimiento y relacionarlos con el tatuaje, pero problemas crónicos de salud, como el cáncer, son difíciles de relacionar, porque dichas complicaciones no emergen de inmediato, sino años o décadas después de haberse tatuado lo que implica exponerse a ciertos ingredientes que las tintas poseen que pueden ligarse al cáncer. Sin embargo, los depósitos de pigmento y los elementos tóxicos encontrados en los nódulos linfáticos, muestran una alteración y toxicidad en el organismo, por lo que la gente debería estar al tanto de que hay riesgos aún desconocidos cuando te pones un tatuaje, ya que ha habido un incremento considerable en gente que decide tatuarse.
Las tintas usadas regularmente contienen pigmentos orgánicos como níquel, cromo, manganeso, cobalto, y dióxido de titanio (en columnas anteriores les he platicado cómo los tonos que llevan este compuesto presentan más alergias y es el segundo más presente en la mayoría de las tintas), dichos elementos fueron encontrados en los nódulos linfáticos de los pacientes estudiados, y es importante recalcar que el níquel y cromo son categorizados como cancerígenos por el Sistema Globalmente Armonizado
de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos (GHS).
Entonces ¿pueden los tatuajes causar cáncer? Aún es muy pronto para saberlo, ya que según el estudio los compuestos encontrados en los nódulos linfáticos de las personas tatuadas, aparecían también en personas sin tatuajes, así que aun es muy pronto para conocer la toxicidad de un tatuaje.
En conclusión, poner dentro de nuestro cuerpo cualquier substancia ajena a el, siempre conlleva riesgos, aún mas cuando el proceso implica agujas, tinta, etcétera los tatuajes llevan miles de años en la tierra, por lo que es afortunado que se estén haciendo investigaciones acerca del tema, por mi parte haré una búsqueda mas extensa de las marcas de tinta que sean aún mas amigables con el cuerpo, no afirmo que estemos en peligro, pero así como cuidamos la alimentación, podemos cuidarnos al ponernos un
tatuaje. La información es poder y hay que aprovecharla.
Si quieres leer el estudio completo fue publicado online el 12 de septiembre en International Journal of Scientific Reports.
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