Por Karla Sotelo
Compartir el pan y la sal en países de Oriente significa abrir la casa y el corazón, es considerar al otro como hermano, es crear vínculos indestructibles.
Se acerca el 14 de febrero… Nada más comercial y lucrativo que este día para los negocios locales, no es que esté mal, de alguna manera se tiene que mover la economía, pero si en verdad encontramos un poco de valor distinto al monetario en esta celebración, podemos tomarlo de pretexto para estrechar lazos.
Probablemente perteneces a alguna tribu de mujeres con las que has compartido desde la universidad, o secundaria, primaria o hasta tienes la fortuna, como yo, de contar desde el kínder con algún grupo de mujeres entrañables, tal vez son tus primas, o encontraste hermanas en el camino, hermanas de aficion, de trabajo, o de fe.
Sea cual sea el lazo que las une, los momentos en donde más nos enriquecemos, tomamos fuerza, compartimos, aprendemos a tolerar, a respetar y a pelear, es con las amigas. Con ellas aprendemos a compartir el pan y la sal.
¿Qué tal si celebramos este día con ellas? Y ¿qué tal si nos juntamos no sólo a compartir la palabra? (unas más que otras) sino también a compartir el ritual de cocinar entre todas, de hacer con el pan y la sal algo delicioso y divertido.
Sólo necesitan que una de ustedes tenga horno (y lo sepa prender) y todo lo demás, como en el cuento de la sopa de piedra, saldrá hecho en comunidad. Que cada quien lleve un ingrediente de su preferencia y crearán:
La pizza de la tribu.
Necesitan:
600 g de harina
12 g de sal
320 ml de agua
12 ml de aceite de oliva
15 g de azúcar
500 g de queso mozzarella rayado
un frasco de salsa de tomate para pizza
10 g de levadura.
Rinde para dos pizzas medianas delgadas
Ideas de toppings:
Jamón, peperonni, jamón serrano, pimientos, cebolla, brócoli, tomates, piña, queso de cabra, champiñones, elote, espinaca, peras, durazno.
Procedimiento:
1. Chuchita la chalera mezcla la harina la sal y el azúcar hasta que se incorporen bien.
2. Juanita la piadosa mezcla la levadura y los 12 ml de aceite.
3. Petra la conciliadora vierte 320 ml de agua poco a poco y empieza amasar hasta que quede tersa la masa.
4. Dejen reposar la masa en un bowl aceitado a temperatura ambiente con una tela o plástico encima por una hora, o hasta que doble su tamaño. Susanita la más paciente la vigilia.
5. Torcuata la de la casa precalienta el horno a 180 °C
6. Rosenda la más fuerte, poncha la masa para sacar el gas, divide en dos porciones y extiende la masa con un rodillo lo más delgadita para obtener una pizza crujiente. Se coloca la masa extendida en un molde mediano. Puede ser cuadrado, si no hay redondo no hay pretexto.
7. Vero la divertida, vierte la salsa de tomate y la esparce en la masa extendida, después distribuye el queso mozzarella.
8. Entre todas, sin hacer desorden ni pelear, ponen los ingredientes a su gusto.
9. Torcuata de nuevo, hornea por 20 minutos o hasta que esté doradita de abajo.
10. Todas, hasta las que están a dieta, disfrutan una, o varias rebanadas de pizza, acompañada de vinito tinto, el de su preferencia y comparten la plática y la larga sobremesa. Ah! Y entre todas recogen su desmadre.
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Me encantó Karlita! Lo voy a hacer, por supuesto...
Muy padre Karla!!! juntemosnos pues a hacer una pizza en lo que nuestros querubines juegan un rato.