Por Clara Zapata Tarrés / La Liga de la Leche A.C.
¿Cuántas veces has escuchado?: “Mira tu leche, se ve bien transparente! Ya dale fórmula… Tu leche es muy delgada, no lo alimenta y tampoco lo llena…” Esta frase forma parte de las múltiples voces que por lo menos alguna vez muchos hemos oído retumbar en nuestros oídos… De la boca de nuestra amiga, nuestra madre, nuestro médico, nuestra vecina ha salido cada una de esas letras que nos hacen dudar, que cuestionan la misma naturaleza y la transforman en creencia y en consecuencia en realidad. La composición de la leche, sus cualidades son cuestionadas una y otra vez.
De ser necesario, nosotros haremos la otra voz, el otro eco que repite que tu leche sí sirve, que responde a las necesidades de tu bebé: hasta que lo creas y sepas con seguridad, que tu leche posee características especiales que responden a ese ser humano que creaste durante 9 meses en tu vientre. Alguna vez te preguntaste, ¿Por qué no tendría calidad, la analizaron con microscopio para afirmar esto? En algunos de los grupos de apoyo mi compañera, Líder de la Liga de La Leche, Grismel, pone un ejemplo que nos puede ayudar a responder un poco a estas preguntas: te acabas de embarazar, tu vientre comienza a crecer, vas a tu ultrasonido y ves un corazón que late dentro de un pecesito que nada en tu líquido amniótico. Luego tus caderas se ensanchan, sientes burbujas y movimientos dentro de ti, vuelves a ir a otro ultrasonido y miras que esa bolita ya tiene manos, pies, cara y que su corazón sigue latiendo. Y así, pasan los meses… Algún día de esos 9 meses, ¿cuestionaste a la naturaleza? Tal vez sí, si es que tuvimos un embarazo de alto riesgo o sucedió algo inesperado… Piénsalo… Sin embargo, en general no solemos cuestionarla. ¿Por qué entonces cuestionaríamos los elementos que componen la leche materna, su calidad, su color, su sabor, su liquidez o su textura, su densidad, etc.? ¿Por qué razones la naturaleza habría producido leches buenas y leches malas, o de buena o baja calidad?
Como ya lo hemos dicho varias veces, la leche siempre se adapta a las necesidades de cada bebé. Pero vamos por partes. Un poco antes de parir, algunas podemos notar que sale un líquido amarillo, muy concentrado que parece mantequilla. Este es el calostro. Sigue saliendo en el nacimiento y unos días o semanas después. Poco a poco empieza a salir más blanco. En este momento tan vulnerable, tu bebé necesita obtener este líquido color oro que contiene propiedades inmunológicas que lo protejen de muchas infecciones. Es una vacuna y en ningún momento es peligroso ni se tiene que desechar.
El calostro contiene células vivas, circunstancia que lo hace muy parecido en su composición a la sangre. Por ejemplo, contiene linfocitos que protegen al bebé contra muchas bacterias y virus.
Es rico en inmunoglobulinas: cada litro de calostro contiene 12 gramos de IgA, que protegen al bebé especialmente de problemas intestinales y que a medida que el bebé crece, va disminuyendo en cantidad (1).
Estos anticuerpos protegen al bebé contra virus y bacterias sin que él tenga que gastar energía para hacerlo, dedicando todos sus esfuerzos a crecer.
Lactoferrina, que tiene la capacidad de matar las bacterias, lactalbúmina, lisozymas, carbohidratos, lípidos, citokinas, nucleótoidos, factores de crecimiento, vitaminas, minerales y otros componentes que suman más de 60, de los cuales 30 solo se encuentran en la leche materna, la componen; se interrelacionan unos con otros para ayudar al bebé a fortalecerse y a responder a las agresiones del medio ambiente.
Fuente (https://lllecuador.org/index.php/2017/07/17/el-calostro-si-es-bueno/)
Más o menos a los 4 o 5 días “baja la leche” (aunque no a todas nos pasa que se nos pongan durísimos los pechos). La producción se equilibra y mientras más succione tu bebé, más producirás y más equilibrio existirá. Puede ser que tu leche sea menos o más transparente porque también se adapta a cada entorno, cada espacio, tiempo y característica de tu recién nacido. Cuando tenemos un prematuro, por ejemplo, nuestra leche es más densa y contiene propiedades específicas para ese bebé. Si vivimos en un lugar muy caluroso, también nuestra leche se adaptará y tendrá más agua para proveer de hidratación a nuestro bebé.
La leche humana es específica para la especie. La leche de cada mamífero se ha adaptado para darle a las crías lo que necesitan para garantizar su supervivencia y permitir su óptimo desarrollo. La leche de algunas especies es relativamente alta en grasa para favorecer la formación de una gruesa capa de grasa corporal, mientras que la de otras tiene un contenido alto de proteína que se utiliza para un rápido crecimiento y maduración. Aquellas especies que necesitan fuentes disponibles de azúcar para satisfacer las necesidades de sus cerebros en rápido crecimiento, tienen leches con contenidos altos de carbohidratos. Los humanos son los mamíferos con el crecimiento y desarrollo más lento, pero con el cerebro más avanzado, así que tiene sentido que la leche humana tenga un contenido bajo de proteína y alto de carbohidratos.
La leche materna contiene niveles de vitaminas y minerales apropiados para el bebé sano, nacido a término. Es siempre cambiante: del comienzo de una lactada a su final, de toma a toma, y de día a día. Algunos de los cambios en la leche materna son estimulados por señales dadas por el bebé. Cuando la madre sigue las señales de su bebé, puede estar segura de que él se beneficiará de todos estos cambios. Por ejemplo, si la leche que recibe en una toma particular es baja en grasa (la grasa es el componente más variable de la leche materna), el bebé sentirá hambre más temprano. Si sus señales son respondidas y recibe su próxima toma muy cerca de la anterior, la leche más alta en grasa que recibirá (el contenido de grasa aumenta cuando el seno está menos lleno) asegurará que la ingesta total sea la adecuada.
Fuente: (https://lllecuador.org/index.php/2017/07/17/que-hace-especial-a-la-leche-materna/)
Y hablando de la calidad de la leche en niños de 6 meses en adelante… Recordemos que las organizaciones internacionales como La Liga de La Leche, la Organización Mundial de la Salud o UNICEF, plantean que la leche materna es el principal alimento hasta el año de edad. ¿Qué tendrá pues más calorías, una zanahoria, un plátano o la leche materna? Es importante hacerse estas preguntas simples.
Y ¿qué decir de la leche materna después del año o incluso de los dos años? Por ejemplo, en 450ml de leche materna durante el segundo año de vida podemos encontrar: 29% de los requerimientos de energía; 43% de los requerimientos de proteína; 36% de los requerimientos de calcio; 75% de los requerimientos de vitamina A; 76% de los requerimientos de ácido fólico; 94% de los requerimientos de vitamina B12; 60% de los requerimientos de vitamina C.(https://kellymom.com/translatation/spanish/ebf-benefits-spanish/
La calidad de la leche se adapta, se transforma y permite, además de todos los beneficios de salud, tener un vínculo donde podemos traducir y observar más claramente las necesidades emocionales de nuestros bebés (https://kellymom.com/translatation/spanish/toddlernursing-spanish/).
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