Por Laura Prieto
Hablar de tatuajes es un tema muy extenso, es un oficio que se aprende de algún maestro que decide compartir sus conocimientos contigo, así aprendimos los tatuadores de la vieja escuela, y en este fantástico mundo del tatuaje hay muchos mitos y creencias, dichos por la gente, que van por ahí de voz en voz. Hoy les hablaré de esa afirmación que reza: “si comes carne de puerco se te corre la tinta”, popular desde que empecé a tatuar. Llegué a conocer gente con viejos tatuajes de barrio, que se culpaba a si misma porque su tatuaje estaba borroso o verde, admitiendo que, después de tatuars,e se habían comido unas carnitas por eso su tatuaje se había arruinado.
Carnitas, taquitos, pozole, tamales, chicharrón, esos villanos que están por ahí tentando a los recién tatuados, incitándolos a pecar y caer en la gula y luego castigándolos por haberse dado ese permiso culinario, siendo condenados a llevar por siempre un tatuaje verdoso.
¿Es cierto? ¿Puede algo tan delicioso vencer la perpetuidad artística de la tinta? La respuesta es: no. Comer carne de puerco después de tatuarte no dañará tu tatuaje, al contrario, la carne magra de cerdo te da proteínas que te ayudarán a la producción de colágeno, lo que ayudará a que la cicatrización sea óptima, lo que se sugiere es evitar grasas irritantes, una buena dieta es clave para que el sistema inmune trabaje bien.
¿De dónde salió el mito? En los viejos tiempos la carne de cerdo se consideraba la más sucia por la forma de alimentación de los cerdos, por lo que se sugería evitar esta carne, como reza el dicho: “eres tan malo como la carne de puerco” pero ahora sabemos que no es tan mala y además es deliciosa.
¿Por qué cobró fuerza este mito? Es opinión personal, considero que era una explicación fácil y creíble para cuando no se realizaban buenos trabajos, cuando un tatuaje se “corre” o luce verde es que no está bien aplicado, en términos simples sucede porque el tatuador encajó mucho la aguja, llegando a la hipodermis, el punto exacto y perfecto para depositar la tinta es entre la dermis y la epidermis, si llegas a la hipodermis has ido muy profundo y la tinta se dispersa en el tejido adiposo, y es así que el tatuaje se ve verde o azul, entonces creo que si el tatuador veía que el tatuaje no le quedaba bien era más fácil culpar al cliente que admitir su error.
Como me dijo un viejo tatuador, en el 2003 en mi primera Expo tatuaje, siendo yo una pequeña aprendiz “si un tatuaje queda mal es tu culpa, si se ve verde o borroso no es porque comió carne de puerco o le dio el sol, es porque tú lo hiciste mal”. Así que, después de casi 17 años tatuando: comprobado, hay pocos factores externos que alteren el resultado final de un tatuaje, y definitivamente el cerdo no es uno de ellos.
En conclusión, dejemos de satanizar las carnitas y chicharrones, y no te culpes cuando después de tu próximo tattoo te cenes unas gorditas de chicharrón prensado.
No estás sola.