Por Cristina Aguirre
¿No has tenido días en los que aparte de saturada, te sientes sobrecargada de información? La tecnología tiene demasiadas ventajas que nos permite estar al alcance de noticias, personas, tips, consejos, seguridad y hasta de familiares que ni conoces en persona pero están en el mismo grupo. ¿Jamás te has fastidiado?
Quisiera saber que no soy el único ente en el planeta que siente alivio cuando apaga su teléfono.
Tenemos este abanico de opciones para ver tendencias de: moda, pensamientos, reflexiones, consejos, modo de vida, opinologos…
Whatssapp: ¿Cuándo nos vamos a juntar?
Pinterest: Disfraces ecológicos para niños…
Google: Cómo detectar la varicela…
Facebook: ¿Quién es esta fulana?
Instagram: Qué anda haciendo la vecina… (vecina no te ando “stalckeando” lo prometo).
Wikipedia: Siglas TBT
Me pregunto qué tanto influye todo este bombardeo de pensamientos, ideologías, criterios bien o mal fundamentados en nuestra vida; lo que leemos o de lo que nos enteramos por redes, mensajes etc.. se cayeron hace poco y pareciera que la gente estuviera de ataque apocalíptico por no poder postear, en el momento lo que estaba comiendo, haciendo, etc… y sinceramente, si lo disfrute. Conocí a tres personas que decían ser mis hijos. (es broma).
Hay momentos, en los que realmente me siento asfixiada, montones de mansajes en los que no alcanzo a ponerme al corriente, salvo que me dedique literalmente a leer-responder.
Hace poco estaba viendo una serie (medio dramática) y pude darme cuenta que mi estado de ánimo había sido influido sin mi consentimiento. Suena absurdo, pero inconscientemente pareciera que compré el drama… hasta que dije: “¿Por qué ando triste? ¡Ah, era la serie, yo ando bien!” Ósea que en pocas palabras, el drama no era mío.
Como si no tuviera suficientes dramas cotidianos para andar lidiando con dramas ajenos y peor… irreales.
Con este, irrelevante ejemplo, trato de llegar a un punto: Qué tanto influye lo que vemos y vaya que siempre voy atrasada en todo; pero cuando comencé a analizarlo, por ejemplo, de esta tendencia “nueva” los famosísimos “influencers” (los cuales hay muchos que recomendar y otros cuantos que es mejor dejar pasar ). Si analizáramos el término ¿Por qué influencers? Estas personas que tienen esa capacidad de influir en los actos, pensamientos, ideologías y generalmente modas en cantidades masivas. De ahí el término. Y obviamente el poder que tiene el influencer, radica en la cantidad de personas que le siguen ya sea por curiosidad o por admiración y les imitan (yo que no puedo ni influir a mis propios hijos, en fin).
Y bueno volviendo al tema de tecno-socialización de la época actual:
¿No hay grupos simplemente en Whats que te causan conflictos? Este fenómeno en el que revisas tu teléfono y cada vez estas en más y en más grupos, por los hijos, el trabajo, los amigos, los amigos de los hijos, los primos de los amigos casi creo… ¿en serio no te sientes sobrecargada?
Y bueno, cuando hablo de conflictos no me refiero a pleitos, pero si te cambia el día, o influyen en tu estado de ánimo, es suficiente para detectarlo como un factor de influencia. “Me contestó, me dejó en visto, no alcancé a leer la noticia importante con tantos buenos días, no me incluyeron”.
Si alguien me dice: escoge tus peleas… Enfoca tu energía en lo que es bueno, positivo; definitivamente desertaría en vivir la vida en cómo lo quieren los demás y así poder vivir un poco más relajada y con menos ataduras la mía. Sin estereotipos y con mi propio desorden.
Elegiría bien los grupos a los que pertenezco para no abarrotarme de cosas que en cierta etapa no ayudan. Puede ser que más adelante esté lista para de nuevo ser recíproca con la gente que me rodea. Pero creo que ya llevo tiempo en esta fase de remodelación y evaluación constructiva.
Casi que con el anuncio guardado para cuando me llegue hasta el copete el exceso de información (no necesaria en mi vida), que sinceramente, estoy a quince minutos de que pase.
En serio. No soy “hater”, ni soy tan amargada como se escucha; pero tantas tendencias de limpiar la casa, el closet… y ¿qué pasa con el alma? ¿El pensamiento? Pertenecer por pertenecer ¿vale la pena esta inversión de tiempo?.
Hace unas semanas buscaba la manera, de tomarme vacaciones de algunos grupos, pero me detuve por cariño y prudencia. Así que buscaba alguna frase, corta que respaldara dicha acción:
“Estimados miembros del grupo, esta persona, se encuentra en remodelación disculpe las molestias, por el momento estamos trabajando por darle una mejor atención, Gracias.”
Imitar a los demás, escuchar opiniones acerca de tus decisiones, cambiar por agradar a otros… es mutilarse poco a poco a sí mismo. Toma lo que te guste, pero no cambies tu esencia ya que el brillo de cada persona, es único, irrepetible y auténtico.
Brilla, en serio encárgate de brillar para ti, pero con tu propia luz, si opacas a alguien más (es problema de la otra persona, no el tuyo).
Yo, deseo para ti, que tu luz sea suficiente para iluminar a los que amas y para caminar con pasos firmes aún en momentos de tinieblas. Amándote así, como eres, con fallas y con aciertos. Te pido y me pido, que no permitas, que nadie te diga quien ser o como ser, absolutamente NADIE puede opacar tu brillo al menos que lo permitas.
Cada quien es responsable de su propia luz y es un trabajo constante, mantener esa llama de fe siempre encendida. Elijo decidir cómo, con quién y cuánto tiempo invierto en los demás, pero siempre consciente de que la prioridad, es la que yo elija. (Cada quien sus estándares).
Gracias Dios por la oportunidad de vivir, respirar y amar. Gracias por darme la capacidad de entender que para amar a los demás, tengo que primeramente amarme a mi misma.