Por Blanca Garza y Vero Barreda / EMCOPAZ A.C.
¿Te han ocurrido cosas sorprendentes en tu vida? Dicen que cuando te encuentras en tu vibración correcta, todo mágicamente se alinea y empiezan a suceder cosas como por arte de magia. Te confesamos que nosotras lo escuchábamos y no terminábamos de entenderlo hasta hace unas horas.
La Numerología es una ciencia muy antigua. Su origen se remonta a la civilización babilónica, fenicia y hebrea. Pitágoras, filósofo y matemático griego, (580-520 a.C.) fue el primero que elaboró una teoría científica según la cual los números regían en todo lo creado y tenían gran influencia en la vida de la naturaleza y de los hombres. Afirmaba que el orden numerológico es lo que daba forma a la materia. Además decía que si el tiempo está compuesto por números, igual que el movimiento y la acción, estos valores son los que distribuyen las virtudes a todas las cosas. Sus estudios fueron cuantiosos, reveladores, ya que descubría la virtud oculta y cósmica de los números que componen cualquier nombre o palabra.
Platón, (427 a.C.) alababa tanto los números que creía que sin ellos la filosofía no tenía sentido. Decía que los números poseen una vibración particular y su influencia se extiende a varios campos como son las emociones, las ideas, el sentido espiritual de la vida y la experiencia material de las cosas.
Saber el significado de tu fecha de nacimiento y la de tus seres más cercanos, el orden que ocupas en tu familia, la interpretación numérica de tu nombre, te permite conocer a profundidad los rasgos que definen tu personalidad y la manera de vibrar en sintonía con tu naturaleza. De este modo, las cosas que te hacen sentir plena, llegan a tu vida, las personas adecuadas se cruzan en tu camino y literalmente, el universo conspira a tu favor.
La gran pregunta es: ¿te has ocupado de ti? La mayoría de las personas a quienes hemos hecho esa pregunta (incluyéndonos), responden que invierten más tiempo ocupándose de los demás que ocupándose de sí mismos. Esto trae graves consecuencias, pues estamos bloqueando la senda universal natural que traemos por el simple hecho de ser humanos.
Sería extraordinario que desde la niñez tuviéramos conciencia de nuestro ser y nuestro hacer, sin duda, habría niños más felices, jóvenes con menos temores y adultos más plenos.
Saber cuál es nuestra vibración correcta, nos hace conectar desde lo más profundo con nuestro ser y trasparentar nuestra esencia de amor. Cada quien va creando la realidad que vive, en cualquier momento podemos decidir abrirnos al regalo de la vida en plenitud.