IMAGINA

Por Dona Wiseman

Hay posts en grupos de Whatsapp, Instagram y en Facebook que a mi no me gustan.  Se supone que son chistes, pero a mí no me causan risa.  Los veo y los paso.  A veces digo que no me gustan, que se me hacen sexistas o que atentan contra los esfuerzos que hago a diario por ayudarme a mí misma y a otros a superar autoexigencias elevadas, autoimágenes negativas y faltas de autoestima y a caminar hacia la libertad.  No creo que mi opinión sobre algún post lo hace más o menos válido o chistoso para otros.  Y estoy segura de que yo he publicado una buena cantidad de cosas que molestan a otros.  Estamos trabajando conscientemente, de la manera que podamos, hacia la tolerancia.  O eso decimos, o eso he escuchado a muchas personas presumir.  ¿Qué pasa si te digo que tu post no me gusta y tú dices que te dio mucha risa y así lo dejamos?  Por más que seamos grupo, familia, amigos o amantes, no tenemos que estar de acuerdo y no tenemos que cuidar a ultranza lo que decimos para no “ofender” al otro.  Este mundo es ofensivo.  La vida es ofensiva e incómoda.  El camino hacia el bienestar es amargo.  El bienestar mismo es molesto porque no es fijo sino mutable. Tu vida y tus gustos no me tienen que satisfacer a mí.  Te quiero igual.  Bienvenidos la discusión y el debate.  No te cambiaré ni me cambiarás.  Paganos, católicos, musulmanes, hindúes, budistas, veganos, carnívoros, gordos, flacos, deportistas, gestaltistas, analistas, estructurados, desmadrosos, superficiales, profundos, viejos, jóvenes, tradicionalistas, liberales, derechistas, izquierdistas, propios, maldicientes, industrialistas, hippies, puntuales, desorganizados, retacados, minimalistas, privilegiados, azotados y hasta artistas… así estamos bien.  Déjame aceptarte.  Si puedes aceptarme, qué lindo.  No me molesta que no estemos de acuerdo.  Yo no soy quién para determinar lo que está bien o mal.  Haré lo posible por no ofenderte directamente, sin expectativa de lograrlo.  Tomaré por hecho que tú no estás intentando ofenderme a mí.  La diferencia en gustos no me ofende.  La diferencia en convicciones y creencias no me ofende.  Cuando escucho la canción de John Lennon, Imagine, no escucho a alguien cantándole a la necesidad de que todos seamos iguales sino a la necesidad de que dejemos de construir barreras por las diferencias.  En estos días ando derrumbando barreras.  Hay una muy específica que me falta.  Les avisaré.

Dona Wiseman

Psicoterapeuta, poeta, traductora y actriz. Maestra de inglés por casualidad del destino. Poeta como resultado del proceso personal que libera al ser. Madre de 4, abuela de 5. La vida sigue.

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