Por Lorena Salas
Si has experimentado un dolor físico que va desde la punta de tus pies hasta la punta de tus cabellos, entonces sabes de lo que hablo. Es ese dolor inexplicable que no sabes si fue por el achaque de días anteriores, porque acabas de salir de una gripe que te tumbó por completo o si es por el golpe que te acabas de dar gritando hasta el infinito mientras querías poner orden a tus pequeñas bendiciones.
A veces, el cansancio físico, mental, emocional, nos trastoca en lo más profundo de nuestras fibras haciéndonos sentir un dolor tan agudo que pareciera que jamás se irá. Si hoy quieres gritar, llorar, reírte de ti misma, sentir autocompasión e incluso lástima, hazlo, hoy se vale sentirse así.
¿Cuántas veces desde que éramos niñas nos limitaban a sentir y expresar algo? “No pasa nada, no seas exagerada”, “ya no llores, ya pasará”, “eres tan escandalosa”, “haces drama por todo”… e incluso de adulta llegué a escuchar una frase como esta: “cuánto melodrama”. ¿Por qué permitimos que minimicen lo que sentimos? Tanto dolor no es más que el producto de años de callarlo, ¡BASTA!, grita conmigo: “¡SI ME DOLIÓ!”, “¡ME DUELE!”, “¡ME LASTIMÓ LO QUE ME HICISTE!”, poco a poco al vaciar todo ese dolor, verás cómo encuentras en medio de la catarsis, respuestas que estaban ahí guardadas, saca todo, sólo así liberarás tu cuerpo y tu alma de cualquier sufrimiento.
Nuestro cuerpo es el mejor mensajero y aliado para decirnos cuando hay algo ahí por trabajar desde nuestro interior, pero para poderlo hacer hay que escarbar en lo más recóndito de nuestras memorias, sólo así podremos liberar años de dolores de cabeza, espalda, rodillas, columna, pies, hombros. En cada mínima parte de nuestro cuerpo se pueden guardar esas cargas que no hemos soltado del pasado y es ahí cuando en momentos de crisis, depresión o de cansancio extremo, se proyecta todo de forma exacerbada.
Más allá de sugerirte ideas para aminorar el dolor físico de ese cansancio crónico que llevas cargando durante años, te invito a hacer un ejercicio de autovalidación de lo que sientes en este momento, empieza con esta frase: “hoy me siento de tal manera y es válido sentirme así”. Deja de sentirte culpable por no poder atender un compromiso o estar al cien para los demás, primero está tu bienestar integral para poder proyectar lo mejor de ti a tu entorno.
