Por Ivonne Orozco
Llegó la semana mayor y despedimos esta semana con platillos que añoraremos por un año más.
La capirotada este dulce que es el escudo dulce de estas tradiciones relacionadas con los fieles cristianos.
Los simbolismos en la gastronomía al igual que un lábaro patrio dejan el escudo Nacional que lleva en su corona de nopales los iconos gastronómicos de esta tierra. De luto se encuentra La Dolorosa, lágrimas de La Virgen se postran entre el agua, el betabel, la lechuga, manzana, naranja y trocitos de plátano. Agua bautizada por las madres de los mineros fallecidos en Guanajuato.
La flor de palma y los cabuches fuente de energía solar del desierto de Chihuahua, nace la flor de la palma yuca iluminada y alimentada por los rayos lunares de la oscura noche. La biznaga de espina roja, desde el centro de su universo erupcionan unos botones del color del sol. Dentro de ellos está el agua de más de 50 años. Las vigilantes anónimas del desierto, defiende con su gruesa piel con espinas el abolengo de su pasado.
El pipián, el pez multiplicado al pueblo, a la abundancia de la escasez. Orejones y chicales, acelgas, tortas de papa. La temporada de la cuaresma es la esperanza de que volveremos después una promesa a la tierra a disfrutar de la mesa amorosa de la cocina mexicana.