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EL PODER DE LA ACTITUD

Por Alma Lorena Chávez Rosales

“Que nadie se acerque jamás a ti sin que al irse se sienta un poquito mejor y más feliz.” 

-Madre Teresa de Calcuta

¿Cuántas veces nos sentimos desanimados al iniciar el día y por consiguiente al final sentimos que no tuvimos un buen día?¿Cuántas veces una persona te ha contagiado su estado de ánimo, para bien o para mal?

Piensa en una persona que ha influido positivamente en ti, podrías enumerar las razones por las cuáles te influye o influyó y casi puedo asegurar que se resume en una sola palabra: ACTITUD.

Y a todo esto, ¿qué es la actitud? 

Siempre me ha gustado investigar la etimología de las palabras para entenderlas mejor, la palabra ACTITUD viene del latín actitudode la raíz de la palabra actodel latín actusy tiene el sufijo “tud” que se refiere a cualidad, así que la actitud es la cualidad de los actos. Es decir en pocas palabras es la forma en la que actuamos ante alguna situación en particular. Algunos otros autores la definen como la forma de ser o de comportarse al realizar las actividades del día a día, pero en esta ocasión me gustaría mejor enfocarme al impacto que tiene en nosotros la actitud propia y la de los demás en nuestra vida.

Todos reflejamos ya sea una actitud positiva o negativa y  captamos todo el tiempo la actitud de los demás.  También es cierto y me imagino que todos lo hemos comprobado más de una vez, que la actitud se contagia, puede haber una predisposición negativa o positiva pero al final se refleja. Entonces ¿Qué quieres transmitir? ¿Quieres inspirar o desalentar? ¿Quieres contaminar o purificar? ¿Quieres generar buenos o malos tratos? Cuando llegamos a un lugar y sentimos que no podemos hacer química con alguien o decimos “me da mala vibra” lo más probable es que la actitud de esa persona esté causando esos efectos en nuestra mente y si por el contrario hay alguien que te inspira, es porque su actitud te genera sensaciones positivas. También es real que una persona herida puede herir, una persona feliz genera felicidad, así como una persona estresada… de seguro estresará a las demás. ¿Quién quieres ser tú?

La actitud positiva nos permite sacar lo mejor de nosotros mismos y la actitud negativa… Sí, saca la peor versión de nosotros. Y esto tiene bases científicas en el funcionamiento del cerebro que sería otro tema muy amplio que en otra ocasión voy a profundizar, en éste escrito explico un poco para entender cómo afecta nuestra actitud. 

Nuestra mente genera un estado de ánimo ante los problemas y los pensamientos generan nuestra actitud. 

Hay un efecto profundo en los resultados de los objetivos personales o simplemente en la percepción que tenemos de la vida en sí. Algunos autores mencionan que la felicidad es una “actitud de vida”, yo también lo creo así.  

La clave para  luchar o rendirnos ante algún conflicto es la actitud, por eso, es necesario hacer consciencia acerca de lo que estamos sintiendo, pensando y haciendo.  El estado de ánimo es como una alarma del cuerpo que nos avisa que es necesario detenernos  y razonar acerca de lo que está  mal en nuestra vida. Al final la actitud es la suma de emociones y pensamientos que dominan nuestra mente, por eso es importante reflexionar acerca de nuestros sentimientos y redireccionarlos para actuar de manera efectiva. Todos somos capaces de detener el avance de alguna emoción como el enojo, la ira o la tristeza antes de que el cerebro empiece a hacer química y tenga un efecto mayor en nuestra persona. De esto nos habla Louis Hay, del efecto dominó emocional, qué es dejar que las emociones se pasen hasta nuestro hipotálamo, alterando las hormonas del sueño, la forma de comer y hasta hacer cambios hormonales importantes y afectar el sistema inmunológico. Cuando nos sentimos frustrados o enojados, nuestro tallo cerebral libera epinefrina, un neurotransmisor que nos hace sentir irritables y con el tiempo se generan depresiones más profundas, así que no dejemos que avancen estas emociones “negativas” (aclaro que no me gusta decir que son negativas porque son procesos naturales del cerebro pero para cuestión de comprender algunas veces lo hago), si dejamos que se generen una y otra vez se verán reflejadas en enfermedades tal cómo nos menciona Alfred Adler, el cuerpo y la mente son indivisibles. 

 Sin duda, la actitud es cuestión de hábito, de entrenar tu mente para desechar todo aquello que provoque una actitud negativa, la alegría es un estado de ánimo que se genera desde la mente así que ¡manos a la obra! Recuerda que el proceso de SENTIR, PENSAR, ACTUAR, entre más consciente, mejores resultados tendremos en nuestras metas y en nuestro estado de ánimo. 

Mis actitudes favoritas son la amabilidad, el positivismo, la bondad y la generosidad, el agradecimiento, el servicio, la alegría de vivir y sobretodo el coraje, que es la valentía que te permite sacar lo mejor ti y aprender de tus errores.  

La buena actitud también reside en la autoestima y en la confianza de que cuando algo difícil se te presente, sabrás que esa experiencia te servirá para crecer y fortalecerte. 

Es importante alimentarnos sanamente e ingerir alimentos con omega 3, la mala alimentación también puede afectar nuestra actitud. 

Suena un trabajo arduo, ¿verdad? Solo puedo decirte que una vez que empiezas a probar y  practicar tener una actitud positiva llegará un día donde lo harás un hábito y no dejarás que nada ni nadie haga que tu actitud cambie, sólo tú serás el responsable de tu estado de ánimo.

“No dejes que el comportamiento de los demás dañe tu paz interna.”                     

-Dalai Lama.


Susana Veloz: Realicé mis estudios de fotografía en la Ciudad de México, especializándome en Técnica Polaroid, Arte Zen, Iluminación y Retrato. Mi trabajo ha sido publicado en diversos medios impresos. Desde 2007 me dedico a la docencia. Hoy divido mi tiempo entre dar clases, realizar sesiones y rescatar perros de la calle.
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