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EL MAESTRO COMO UN LÍDER AMABLE Y FIRME A LA VEZ

Por Dennis Charles Chavero

//// Basado en el libro de Disciplina Positiva en el Salón de Clases,de Jane Nelsen.

Uno de los aspectos tristes de ser maestro es que usualmente no ven el fruto de su labor. Plantan la semilla más no pueden cosechar; sin embargo, el maestro no tiene que hacer todo el trabajo y plantar solo, los alumnos deben de involucrarse experimentando el uso del poder de una forma positiva y, su empoderamiento reduce la necesidad de comportarse mal y de crear problemas para sentirse poderosos; para eso, un maestro debe tener un estilo de liderazgo amable y firme a la vez (no amable en algunas ocasiones y firme en otras).

Cuando el maestro sólo se enfoca en ser amable al incluir premios y en ser firmes al utilizar los castigos, los alumnos se confunden y se crean juicios acerca de su valor: “¿soy un niño bueno o malo?”. Un maestro que es amable y firme al mismo tiempo, ayudan a los alumnos a ser responsables, confiables, resilientes, con iniciativa, empoderados, competentes y seguros de sí mismos.

La combinación de amabilidad y firmeza es alentadora, empodera y ayuda al alumno a experimentar un sentido de pertenencia e importancia y, un mejor comportamiento. Rudolf Dreikurs decía que un niño que se comporta mal, es un niño desalentado, con falta de sentimiento de pertenencia e importancia. 

Pero, ¿cómo lograr esta amabilidad y firmeza a la vez? Si queremos que un alumno que se comporta mal, actúe adecuadamente, primero debemos de hacerlo sentir mejor y no peor (los castigos hacen que los alumno se sientan peor y provocan resentimientos, revancha, rebeldía o retraimiento). Para lograr la amabilidad y la firmeza al mismo tiempo, los maestros deben enseñar que los errores son grandes oportunidades para el aprendizaje y permitir que los alumnos experimenten las consecuencias naturales de sus acciones sin intervenir. Deben alentar a los alumnos por lo que hacen y no por lo que son para hacerles saber que son valorados sin utilizar los juicios.

Un maestro amable y firme valida los sentimientos de sus alumnos ante las situaciones conflictivas, no les dice lo que sucedió y lo que debe de suceder, los guía para que ellos establezcan diferentes soluciones y les permite que experimenten sus consecuencias como una forma de aprendizaje.

Un maestro amable y firme controla su temperamento, ya que sabe que el aprendizaje de habilidades sociales se adquiere por el modelamiento. Un maestro amable y firme les permite a sus alumnos que experimenta el enojo, que lo reconozcan pero que busquen maneras más aceptables de manifestarlo.

Un maestro amable y firme sabe que la clave el éxito con sus alumnos es la conexión. Un maestro que no conecta con aquellos alumnos que más lo requieren, difícilmente tendrá resultados exitosos. 

La conexión requiere tiempo, requiere de escuchar, de paciencia, de amor. Para que los alumnos cambien, el maestro debe de cambiar primero la manera de dirigirse a ellos.

“Podemos cambiar nuestra vida entera y la actitud de las personas que nos rodean al simplemente cambiar nosotros mismos.” –Rudolf Dreikurs

Dennis Charles: Mamá de dos niñas, psicóloga con Maestría en Aprendizaje y cognición y especializada en neuropsicología infantil, certificada en Discipline Positive Parent Educator y en Encouragment Consult.
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