Por Dona Wiseman
Hay muchas cosas que hacemos sin pensar. Opinamos sin indagar. Participamos en discusiones sin escuchar. Intentamos armar muebles sin leer las instrucciones. Aplicamos algo que leemos en directo y sin comprobar nada. Hablamos sin filtros, diciendo cosas que no eran nuestras para decir o bien aseverando la certeza de nuestras suposiciones. Somos osadas o miedosas y hacemos o no hacemos sin procesar un riesgo real o la falta del mismo riesgo. Damos y negamos permisos a los hijos en respuesta a impulsos. Matamos la araña sin pensar en el daño que no hace, a la víbora sin reconocer que es un inofensivo alicante. No decimos lo que pensamos, sentimos o queremos porque asumimos respuestas que quizás nunca se materializarán. Reaccionamos ante eventos sin contemplar los efectos a largo plazo. Respondemos sin tomar en cuenta el efecto que las respuestas tendrán en algún otro o nuestras relaciones, o siquiera en nuestro propio entorno. Hablamos de eventos sin separar los hechos de los seres humanos. Desperdiciamos agua, creamos muchos desperdicios, tiramos basura, gastamos mucha gasolina y otros recursos…realmente no tenemos conocimiento sobre los efectos de lo que hacemos, y tampoco sugiero que podemos ser y estar del todo conscientes.
Una de las cosas que más hacemos sin consideración y sin consciencia es comer. No conocemos realmente el aporte nutricional, calórico, etc. de los alimentos que consumimos. No leemos etiquetas. Creemos en dietas extremas de moda. Tomamos en cuenta todo lo que leemos en, bueno, hasta en redes sociales. No contemplamos que con los años el conocimiento de cualquier ciencia avanza y lo que considerábamos una buena alimentación en los años 60, ahora no se considera igual, y mañana nos avisarán que no era cierto que el azúcar hacía tanto daño (o cualquier cosa de ese tipo).
Sin embargo, lo realmente dañino no es eso. ¿Tú sabes cómo reacciona tú cuerpo a distintos alimentos? ¿Al azúcar, a la sal, a la cafeína, a la proteína, a los lácteos, a los carbohidratos de distintos tipos, a las frutas diferentes, a la fibra? ¿Estás consciente del tipo de alimentos que le benefician a tu cuerpo en distintos momentos del día? ¿Sabes reconocer tus antojos y lo que significan para ti? ¿Sabes por qué comes cuando comes? ¿Entiendes por qué comes lo que comes? ¿Tienes consciencia del significado que la comida tiene para ti? ¿Te has pasado la vida forzándote a comer de manera “saludable” sin los resultados deseados? ¿Reconoces las creencias que has formado a lo largo de tu vida en relación con la comida?
Te invito a contemplar estos temas en directo. Te invito a echarte un clavado en tu relación con la comida, en tu relación contigo. No prometo milagros. Sí prometo un paso más en la consciencia personal y en tu relación contigo misma.