LOS CAMBIOS EN EL CUERPO DE LA MUJER Y SU INFLUENCIA EN LA ANESTESIA
Por Daniella Monarez
Para hablar de anestesia y embarazo, se debe comenzar desde el principio, es así que iniciaré detallando los muchos cambios físicos que causa el embarazo, esto junto con las famosas alteraciones hormonales que hacen que la paciente embarazada sea todo un reto para los anestesiólogos.
Daré comienzo hablando del cambio más obvio, el útero.
Éste pasa de ser un órgano de 30-60 gramos sin embarazo a uno de un kilo o más cercano al parto, por lo que necesitará al menos 10 veces más flujo de sangre para nutrirse, sabiendo que la sangre es el “alimento de los órganos”, a esto todavía se le suma la placenta, haciendo un binomio muy dotado en vasos sanguíneos.
Y a pesar de que se produce más sangre, en ocasiones no alcanzan a reproducirse las células sanguíneas en sí, y es por eso que es de cierto modo común la anemia durante el embarazo. Así mismo, el útero tan crecido empuja al diafragma y éste a su vez al corazón y pulmones, cambiándolos de posición, de la misma manera en que también se modifica la posición de la columna, cambiando el ángulo de la curvatura normal, por eso el caminar tan característico de las embarazadas.
Otro cambio muy obvio es el crecimiento de los senos, los cuáles también tienen su implicación en la anestesia.
Las modificaciones a nivel respiratorio son debido a la presión en el diafragma, ésta hace que se respire menos aire a cambio de más frecuencia, también la congestión nasal e infecciones de vía aérea llega a ser común durante el embarazo, ya que los vasitos de la mucosa de la boca se hacen más anchos y por lo tanto más frágiles. Incluso en ocasiones la saliva se puede percibir más espesa.
Los cambios gastrointestinales, que inician desde la cavidad oral con dificultad para deglutir o náuseas y las odiadas “agruras”, son debidas a que se pierde un poco el esfínter del esófago, que es como una jareta que no permite que el ácido se salga del estómago, pero también el útero grande hace que sea más lento el paso del alimento al intestino, haciendo al reflujo una condición común y de cuidado con la anestesia.
Por supuesto que existen muchísimos más cambios, a nivel de riñones, de piel por ejemplo la aparición de paño, cambios dentales, etc. Sin embargo los que describo son los que más implicación tienen en un procedimiento de anestesia. Y cada uno tiene su razón de ser, ya sea que se presenten para proteger al bebé o a la mamá.
Ante cualquier tipo de anestesia o analgesia que se pueda ofrecer, es indispensable tener éstos conceptos de cambio bien definidos, ya sea de parte del médico tratante o de la paciente. Siempre he pensado que el conocimiento es la solución a cualquier situación. Lo menciono debido a que, si como mujeres comprendemos y conocemos los cambios que provoca el embarazo, y la razón de ellos, será más fácil comprender la resolución que los médicos le damos a algunas situaciones, tales como el por qué de la analgesia, o el cuidado del ayuno, la posición al momento de un bloqueo, etc.
En las siguientes columnas iré desglosando cada uno de estos cambios, la razón de su existencia, y la evolución de ellos.
Erradicar la ignorancia es la mejor herramienta que tenemos como mujeres, para tener la libre elección de decisión, sobre nuestro cuerpo y el bienestar del bebé.