Por Cristina Aguirre
Cuando la depresión tocó mi puerta no la pude reconocer. Sabía lo que era, pero no la conocía por experiencia propia y no hablo de la clínica (ese tema se lo dejo a alguien perito en la materia) hablo de la depresión que puede aparecer esporádicamente en algunas etapas de nuestra vida.
Simplemente un día me cansé de las vueltas, de los compromisos. Despertar, hacer, deshacer, volver a lo mismo todos los días… sin descanso, sin días libres, pareciera que hasta me cansé de poner buena cara.
Estuve sumergida en este sentimiento en el que de verdad es muy difícil salir a flote cuando no se cambia de actitud, cuando se sigue en el mismo entorno y sobre todo cuando pareciera que se pierde poco a poco sin darnos cuenta (al hacer un lado nuestras necesidades), nuestra esencia misma o nuestro centro.
Me castigué a mí misma, “aceptando” que había fracasado en muchas áreas de mi vida… y en verdad no hay peor sensación que la del fracaso. Mi lista de “lo que quiero hacer de grande” no estaba para nada señalada. Y esto no es malo, entendí que simplemente la vida nos lleva por otros rumbos que quizá superaban los planes que teníamos… ¿carrera por hijos? Bueno pues me encantan mis hijos.
Pero por mi y para mí fue que de pronto arranqué de tajo algunas partes de mi vida como los sobre abarrotados grupos (y si aún formo parte de alguno de ellos en los que te encuentres no te sorprenda que me salga) en verdad casi que podría decir estaba pasando por un ataque de ansiedad en general.
Disminuí en gran parte las veces que visitaba las redes sociales.
En qué momento puedo, aunque sea un rato, decir a la fregada todos, necesito tiempo, me urge concentrarme en mi en base a mis necesidades y no a las expectativas de lo que los demás les haría feliz que yo hiciera.
Agarrarme a llorar ya se estaba haciéndose frecuente en mis ratos de soledad; me sentía como los niños que no saben si tienen sueño o hambre o todo a la vez pero en mi caso era como…. “no se cual de todos los aspectos de mi vida me está pesando tanto”. Quizá yo misma me estaba sobre explotando.
La vida seguía, las personas seguían, las rutinas iguales pero yo estaba estancada en todas estas conversaciones y opiniones a mi alrededor… hasta que un día tuve una pesadilla que aunque suene absurdo contestaba y contestaba y no dejaba de contestar los grupos y mensajes y compromisos, en serio fue una pesadilla nada lejana a mi realidad. ¿Qué necesidad? Me di cuenta que estaba haciendo todo a la fuerza. Me frustraba por no estar y si estaba me sentía muy cansada.
Desde hace tiempo me encontraba reconstruyendo áreas de mi vida, pareciera que cuando por fin arreglaba una surgía otra con algún tipo de fisura, problema, etc. Como si fuera parchando, parchando, parchando, saltando de un problema a otro.
Cómo remendar a los demás si yo me encontraba completamente descocida.
Quise gritar por ayuda y sentí pena. ¿Que contaría? Estoy cansada, me duelen las piernas, no tengo tiempo para mi.¿Serán las hormonas? ¿Será depresión? ¿Por qué estoy tan mal?
No hay peor soledad que la que se vive rodeada de gente. Y aunque no esté uno solo, en este estado en el que llegue a caer así me sentía. Parafraseando para ocultar lo que adentro cargaba. (Como un meme de esta revista que hace poco leí) ¿Que me pasa? Estoy sana. Mis hijos bien, mi familia bien. ¿Por qué no pueden entender que me siento tan terrible? Pareciera que mi cansancio no era justificante para una negativa.
Dejé de escribir. Me dejé de cuidar. Me alejé de muchas personas importantes para mi.
Sentía y aún albergo parte de este sentimiento, que no encajaba en ningún lugar. Hacer algún tipo de pasatiempo ¿cuándo? Ahora que estaba llenando una forma decía: “¿hobbie?” ¡No tengo ninguno! ¡Y hay tantas cosas que me gustan! Antes tocaba el piano, pintaba … corría…. ahora no hacía nada más que manejar, cuidar (a todos menos a mi).
Salir con amistades, me sentía cansada y terriblemente mal, se me acababan los pretextos y comenzaba el día y lo único que podía pensar es .. ¿cuanto falta para dormir?
Recordé estas frases de: “si estás sola llámame” y no sentía que mi tristeza valiera la pena contarla. Me estaba ahogando. Hasta que di el primero paso. Hablando con mi esposo, y abriendo mi corazón y vaya que fue difícil aceptar porque no me gusta verme débil: “Estoy deprimida. No se por que.”
La vida de los demás, las expectativas de los demás lo que esperaban de mi si se supone siempre soy la fuerte …. estaba causándome una infelicidad total. ¿Por que me abandone ?
Y recordé un escrito que tengo guardado que después me gustaría compartir… el ser humano a veces es tan complicado… nos pasamos buscando la felicidad todos los días… y no nos damos cuenta que esto, es cuestión de actitud y de trabajo constante y claro siempre con ayuda de mi gran y amado creador.
Y bueno después de este paso grande de abandonar algunos grupos momentáneamente, comencé a hacer ejercicio para mi y por mi. Comencé a salir con mis hijos y cancelar algunos planes simplemente para echarme en el cine junto a ellos y platicar de la película.
Me escapé con mi esposo e hijos a una cabaña y así fui sanando poco a poco mi turbada y estresada rutina, pero sin darme cuenta este era apenas el inicio de este proceso de “sanar”.
Comencé a hacer las paces conmigo (y sigo en este proceso) en el que tengo que aceptarme como soy, amarme como soy y valorar lo que soy, ahora… en este mismo instante. Responsabilizarme en ser la que conduce y controla mi propio estado anímico que no sea un factor externo, que no sea un comentario lo que desestabilice mi día, mi sentir… mi autoestima.
Soy un ser humano. Me equivoco pero también tengo muchos aciertos que vale la pena aplaudirmelos de vez en cuando. Y es que somos tan duros con nosotros mismos. Tantas cosas buenas que tenemos y por algunas mínimas nos desacreditamos tanto.
No quiero vivir por vivir. Quiero vivir realmente el momento. Gozar a mis hijos y familia. Trabajar en esas áreas que abandone disfrazadas de amor. Y suena fuerte pero… no hay excusa para abandonarse. Simplemente no la hay.
Si te sientes así, esfuérzate y da el primer paso, comienza a trabajar contigo. Por que lo vales, por que lo mereces. De vez en cuando vale la pena esconderse del mundo un rato para agarrar fuerza. No podemos dar lo que no tenemos. Aunque lo queramos es imposible. Como dice el dicho “no pidas peras al olmo”. Pero lo que no se vale es quedarse ahí, siempre habrá alguien que pueda escuchar… y aunque los demás te abandonen, no hay escusa: PUES AHÍ ESTÁS TÚ, esa mujer dentro de ti que debe amarse tanto y valorarse tanto…
Quisiera volver a llenar este formulario de mis pasatiempos, del tiempo que me dedico, de lo mucho que amo a mi familia … por que como dije …. el ser humano es complicado siempre buscando la felicidad … y con el pasar del tiempo puede uno llegar a decir … “no me di cuenta que era tan feliz”…. hoy agarro este lema… soy feliz … por que quiero ser feliz … por que siempre que haya vida habrá un motivo, aunque sea uno, para sonreír.
Tu tristeza sea que sea el motivo, importa. No te quedes estancada, no hagas menos aquello que te está golpeando, no dejes que las cosas se hagan más grandes. Siempre es tu momento. Búscate, encuéntrate y ayúdate.
Como el nombre de la revista dice; NO ESTÁS SOLA.
(Yo lo complementaría en base a este texto con un: Te tienes a ti.)
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Gracias... por sincerarte, por abrirte, por ponerle palabras a lo que estoy sintiendo y pasando en éstos momentos!!
Hace unos días no pude más, y con un ataque de pánico, de ansiedad, de soledad y de llanto le dije a mi pareja "ya no puedo más con este vacío, con esta tristeza, necesito ayuda!"... ahora estoy acudiendo a terapia, reencontrándome, atendiéndome, sanándome. NO ESTÁS SOLA.
Gracias!!!
Hola!
No hay artículo que no me pierda, pareciera que me leo a mi misma cada vez que leo su revista.
Soy de la ciudad de Guadalajara, me convertí en mamá hace casi 10 meses, atravieso la famosa “depresión post parto” y de alguna u otra forma lucho todos los días contra ella. No soy escritora ni se de redacción, pero me gusta escribir. Hace unos días muchas de mis amigas o mujeres que tengo en mi vida me motivaron a iniciar mi propio blog y decidí hacerlo. Deje de escribir en mi espacio personal de Facebook y decidí hacer mi propia página.
Nunca creí toda la gente que comenzaría a leerme, a escribir que se sentían identificadas, a decir que por fin alguien había sido honesta y había descrito la maternidad real.
Me encantaría un día poder colaborar con ustedes en algún escrito o testimonio.
Gracias por lo que escriben, para muchas es un bálsamo para el corazón. Saludos!
Gracias por ser parte! Cuando quieras colaborar! Nuestras puertas están abiertas! Por favor escribe a alejandra@nes-mag.com para que te pasemos toda la información al respecto.
Alejandra Peart Cuevas
Directora editorial