Por Cristina Aguirre
En el mundo animal, concentrándome en el del león, hay varios tipos de rugidos: el que ataca, pero también el que defiende, así como el que llama a la manada en momentos de peligro …
Y empiezo drásticamente con esta frase: “Hoy es tiempo de rugir”.
A pesar de la majestuosidad del león, la leona tiene un papel muy importante, ya que ella es la que les lleva el alimento principal a sus cachorros. Y bueno, sin caer en el “feminismo” (del que sinceramente no soy parte) en este contexto me interesa realzar a la mujer en este papel específico:
Como madres nos toca el papel de alimentar las bases y escala de valores de lo que serán la siguiente manada. Imagino esta teoría de la naturaleza pero en semejanza a la mujer.
Pero qué pasa cuando en el entorno vemos tan poca tolerancia, tanta falta de amor, nuestros hijos están siendo atacados por estereotipos que no existen, por donde lo veas. Si uno de adulto cae … ¿que esperamos de nuestros hijos?
Cansada de ver tantos jóvenes con problemas de depresión, con demasiada conexión a la tecnología, pero cada vez más poca conexión con la naturaleza. Niños que se les dificulta demasiado externar de manera adecuada sus emociones, niños que no aprenden a conocerse, niños con tan poca tolerancia a lo que les “es diferente”… llámese color, clase social, diferencia cultural, alimentación y ene mil cosas más …. niños que no saben perder y niños que no saben ganar.
¿Que haría esa leona interna?….. ¡RUGIR! Tenemos que rugir por que no queremos repetir patrones, por que queremos evitarles circunstancias que vemos en nuestro entorno, situaciones que quisiéramos evitar o al menos prepararlos para atravesarlas.
Y aunque suene utópico, si se puede, y por nuestros hijos se empieza, ¿como preparo al siguiente esposo?, a la siguiente esposa.. al siguiente padre o la siguiente madre. (Desde casa).
Rugir en contra de lo que ataca lo más vulnerable de nuestra sociedad. Aquello que parece normal… pero desde hace tiempo debió de cambiar. Hay muchas modas impuestas, pero ¿por que no poner de moda los verdaderos valores por los que vale la pena luchar’. “No me interesa que seas el más inteligente, el mejor deportista, pero si me interesa saber que te esmeras y sobre todo que tengas un buen corazón, un corazón sano”. Ya hay tantos lideres vacíos, que lo único que deseo con mas anhelo en mis hijos, es que sus valores estén tan bien cimentados, que aún en la tempestad, no existan vientos que los tumben o tuerzan.
Llego el día en el que tenemos que levantarnos (como decía una de las escritoras de esta revista) “los miembros de esta manada llamada maternidad” … hoy nos toca rugir en común acuerdo por nuestros hijos.
Mujeres, mujeres al grito de guerra…. hoy rugiremos por nuestros hijos. Por qué hay milagros que solo suceden, pero hay otros que se persiguen.
Y como cazadoras no es la presa qué hay que cazar sino aquello que queremos alcanzar lo que realmente queremos para que nuestros hijos vivan una vida un poco menos complicada como la nuestra y un poco más llevadera para ellos. Una vida bien direccionada.
Hoy se necesita tanto amor y agregaría en la lista OBLIGATORIA: Amor por nuestro planeta, aceptación y empatía hacia al prójimo.
A la fregada la “ley de la vida”, es urgente enseñarles que hasta los más débiles (o con alguna desventaja) necesitan y merecen el mismo cuidado y respeto como con aquellos con quienes empatizan. Que no sea el más fuerte el que liderea, sino aquel que tiene un corazón dispuesto a dar, pero sobre todo a ayudar.
Rompo con todo estúpido estereotipo que el bueno es débil y que los débiles tienen pocas posibilidades de sobrevivir. La verdadera realeza y el rugido interno viene desde las bases. Ahí es donde ellos encontrarán su verdadera realeza. Que sea de ahí, donde emanen los siguientes líderes.
Tal vez mis ojos no alcancen a ver las transformadas generaciones que me gustaría formar en mis hijos… pero sé, que es imperativo comenzarlo desde sus primeros años de vida.
Hoy decidí pelear por esa escala de valores, hoy decidí pelear por el corazón de mis hijos, hoy decido pelear por el futuro de nuestros cachorros.
Mujeres de la manada… ¿RUGIMOS?