Por Champaca Treviño
Mamá por qué tantos anuncios, por qué en las partes más interesantes ponen promociones y cosas que venden, se me hizo tan increíble lo diferente que se le hizo a mi hijo ver una película en cable normal y no en Netfix o Roku y su eterna pregunta, ¿cuando tú eras pequeña así era la televisión como en la casa de lela y abuelitos? ¿Cuándo eras pequeña tenías que esperar a que fueras a una tienda, no podías pedir cosas por internet? Efectivamente los tiempos cambian, la vida es diferente, sin embargo esa cultura de la inmediatez no deja de ser preocupante, en la actualidad los niños perciben que todo llega rápido, demasiado rápido diría yo, aún recuerdo cuando para hacer una tarea necesitaba ir a la biblioteca, investigar, sacar los datos y si me lo pedían en la máquina de escribir todo un poseso minucioso para no equivocarme o tenía que empezar todo de nuevo y ahora, en un solo click tienen la información de la tarea, copian, pegan y listo a imprimir.
Claro que ahora tenemos formas de facilitar la vida, al hacer el super en internet, pedir comida y que la lleven a casa, sin embargo, me queda la duda, de que tan favorable será esto para nosotros y para nuestros hijos, hasta qué punto es bueno o no.
Antes uno aprendía a esperar en la sala del doctor, en la fila del banco, a ser creativos cuando ibas en carretera, a ir a comprar un dulce, un juguete o mil cosas más, a ESPERAR, ahora todo lo queremos al instante y me incluyo, porque también me siento inmersa en ese tema, cuanto más se me facilite mejor.
Los niños tienen una especie de radar para darse cuenta del momento emocional en que nos encontramos y fácilmente encuentran las palabras o preguntas para conseguir lo que quieren y nosotros estamos tan inmeersos en agendas apretadas tiempos limitados, exceso de actividades que solemos caer en sus juegos y en la búsqueda de cosas rápidas, pero que delicioso darnos el tiempo como antes lo hacíamos de no hacer nada o de preparar paso a paso un platillo con tiempo, disfrutando la preparación o de ver una película con decenas de intermedios de anuncios que nos permiten estar a la expectativa de que va a pasar!.
Necesitamos relajarnos, hemos estado hasta en pláticas de que tanto debe saber un niño a cierta edad, o que cantidad de deportes debe aprender, inmediatez y competitividad, hay que darles y darnos libertad del tiempo, sentir un poco más de paz.
Hay que aprender y reaprender a abrir los ojos y las orejas, escuchar más lo que nos dicen con sus juegos, con sus fantasías, sus sueños, sus conversaciones, hablan en todo, hasta en sus travesuras, tal vez si ponemos más atención en ello nos daremos cuenta que es realmente lo que quieren, lo que necesitan. En ocasiones me he dado cuenta que lo que quieren es descansar o mi esposo me dice, traen demasiadas actividades hoy no hagan nada y me doy cuenta cómo me veo inmersa en ese mundo, de lo rápido, de lo siempre ocupados, es una línea muy delgada para caer en ello. Hagamos un alto, soy mamá de dos, empresaria, mujer, esposa, amiga, hija, hermana, vecina, entiendo cómo quisiera poder facilitar más las cosas del día a día pero también entiendo que la mejor aplicación, el mejor programa, el software más sofisticado para eso somos nosotros mismos. Replantearnos que no siempre lo más rápido es lo mejor y recordar que somos un espejo, nuestros hijos son un reflejo de nosotros, padres más relajados, hijos más relajados.