Por Liliana Contreras Reyes
Leí una frase que voy a modificar, porque incluía una palabra que no me convencía del todo. Decía más o menos:
Una persona fuerte, hace las cosas antes de estar lista.
(Suspiro).
Me cayó de impacto porque me ha pasado varias veces en la vida que me detengo en medio del caos diario y me pregunto: ¿por qué hice esto? ¿Por qué decidí renunciar a mi trabajo? ¿Por qué se me ocurrió dedicarme a equis o ye? ¿Por qué emprender? ¿Por qué no elegí quedarme en casa a ver la tele por las tardes o dormirme a las 9 de la noche? ¿Por qué no hacer lo que me dice un jefe y listo? ¿Por qué las cosas tienen que ser diferentes a como lo son? ¿Por qué si yo ni siquiera sé de contabilidad, si apenas voy al cajero?
Estas preguntas llegan cuando pierdo la energía, me desanimo o pierdo el entusiasmo.
Ayer entendí que ésa era la palabra que, perdida, describe mi estado de ánimo del momento. La explicó mi maestro de redacción, mencionando su etimología: proviene del griego “En-Theos”, y significa tener un dios dentro de uno mismo.
Para los griegos, un entusiasta era guiado por la fuerza y sabiduría de los dioses y recibía un don: interactuar con la naturaleza para transformarla.
Todavía en este momento que escribo su significado, mi cerebro tiene un pequeño exalto emotivo, porque las experiencias negativas de la vida ocasionan que, poco a poco, pierda esa capacidad para intentar cambiar lo que creo que necesita cambiarse.
Todos experimentamos momentos de entusiasmo y podríamos definirlo de diferente manera. En lo personal, representa esa sensación de que los proyectos o ideas que nacen del corazón se tienen que cumplir, que tienen que salir adelante, que se tienen que concretar en la realidad.
Demasiados “tienen que…” que nos permiten cambiar el mundo. De a poco, si quieren. Pero, saber que, en verdad, otro mundo es posible.
Esté lista o no, tenga las herramientas y el conocimiento o no, aquí estoy, intentando hacer eso que me tiene exhausta mentalmente, pobre económicamente y con más incertidumbre que respuestas, pero con toda la intención de persistir.
(Suspiro).