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LO QUE NO TE DICEN DE LA ADOPCIÓN

Por Daniela Montes Valdez

Cuando una pareja decide tomar este camino, por lo regular tiende a idealizar el hecho de convertirse en padre o madre al igual que cuando una mujer se encuentra en “la dulce espera”, pero esto está muy lejos de ser lo mismo o algo parecido por mucho.

El camino de la adopción comparado a un embarazo es algo mucho más complejo, más largo y en ocasiones doloroso, ¿por qué doloroso? Porque también podemos experimentar pérdidas y no solo de un posible hijo, sino también de personas que creíamos que nos apoyaban, al escuchar los comentarios que pueden llegar a hacer  y empiezo con el más común que es:

¿Cómo que vas a adoptar? ¡Pero no sabes qué genética tenga! ¿Y si te sale enfermo?

Y es aquí donde yo me pregunto, quien te garantiza que en un embarazo tu bebé venga “sano” o que tu genética y la de tu pareja sea perfecta en combinación, esto es algo que nadie puede garantizar ni siendo propio, lo que sí se puede asegurar es que si el niño o niña en cuestión consigue padres dedicados ni un problema de salud ni de  trauma será impedimento para formar una familia estable, es por eso que cuando una pareja o  persona soltera busca realizar una adopción debe estar preparado para los retos que esto conlleva. Me refiero a sortear la espera que siempre desespera, es que te hace querer tirar la toalla muy seguido, donde crees que no llegará el día que tu familia crezca, y aquí es de suma importancia el hacer saber porque pasa esto, y es porque como anteriormente lo he comentado los niños más necesitados de una familia son mayores de 5 años y las familias solo quieren bebés o por lo menos en su mayoría, sin saber que se pierden una maravillosa oportunidad de ser familia.

Cuando buscamos una adopción soñamos como será cuando un miembro faltante llegue a completarnos, y tenemos altas expectativas sin pensar a veces en las expectativas que los niños también pueden tener sobre sus padres, al prepáranos de manera adecuada ( buscando red de apoyo, asistiendo a eventos que tienen que ver con el tema, buscando escuela para padres, leyendo, tomando cursos) estaremos más capacitados para recibir a ese tan esperado hijo, con todas las imperfecciones con las que se presentará y dentro de estas seremos lo que necesitan, padres capacitados y dispuestos sobre todo a darles no solo amor sino guía para que superen las situaciones de su historia pasada y puedan avanzar y vincularse de forma adecuada.

Lo que no te dicen es que no todo es perfecto, que hay mucho trabajo por delante, pero no es imposible, lo que nadie cuenta es que siempre habrá una parte de su historia que no conocerás por completo y tal vez no porque no te quieran compartir, sino porque ni en la misma institución conoces la historia completa.

Lo que no te dicen es que son niños necesitados de una familia porque es su derecho el tener una familia y no el tuyo a ser padre, no te cuentan el amor tan grande que puedes llegar a conocer al tener un niño en tu familia, la satisfacciones que te dará al ver sus logros como cualquier hijo, sea como haya sido su llegada.

Lo que no te dicen es el daño irreversible que causará tu inseguridad, tu falta de preparación en situaciones complicadas que puedan desarrollarse y tu decisión de que ese niño, niña o adolecente no era el correcto para ti, pero tampoco te dicen que al hacer esto pierdes tu oportunidad de ser padre o madre, porque esto demuestra tu poca capacidad, la falta de parentalidad adecuada.

Ningún madre o padre biológico, tiene la capacidad de regresar a su hijo, si hace algo mal o no le parecen sus conductas o simplemente si desarrolla en su vida alguna enfermedad, y es ahí donde pregunto: ¿Por qué pensamos  que con un niño que haya sido adoptado si se puede?

¿Conoces a alguien que haya pasado por esto? ¿Pasaste por un proceso parecido?

Te invito a contactarme, Recuerda que no estás sola y al orientarte y prepararte podrás ser una mejor madre

daniela montes valdez: Soy Educadora, mamá de dos muñecas. Mi sueño desde pequeña siempre fue ser maestra y poder enseñar a los niños con el amor y cariño que yo recibí. Tuve la fortuna de ser mamá biológica poco después de casarme. Pero al tener problemas en el parto, fuimos postergando la venida de otro bebé. Cuando nos sentíamos listos empecé con mi esposo esa búsqueda por otro miembro de la familia, sin embargo la vida tenía planes distintos a los nuestros. Tuvimos que enfrentar la realidad de que yo ya no podía ser mamá biológica de nuevo. Nos sumergimos en el proceso de adopción y por fin llegó mi milagro, mi segunda hija. Por eso busco seguir aprendiendo para poder ayudar a mi familia y a todos quienes quieren aprender de esta otra forma de hacer familia.
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