Hablar de un microcuento me lleva a pensar inmediatamente en Augusto Monterroso:
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Supongo que la portada de Mínima. Antología de microficción, que incluye a autores que radican en Saltillo y Monclova, hace un guiño a este texto.
El libro incluye a 36 autores, la mayoría originarios del estado de Coahuila. Hay desde los nacidos en 1999 (afamados millennials), hasta los que no quisieron escribir su año de nacimiento. Aún así, sin decirlo, se puede sentir la madurez de los autores, a través de su prosa.
En lo personal, las antologías de autores diversos no me encantan. Cambiar tan radicalmente la prosa, el estilo, el tema, me generan una sensación de malestar. Sin embargo, leerlo de “a poco”, un texto a la vez, permite encontrar la lógica interna o el sentido de cada narración, como un elemento individual, que después es posicionado en el todo.
En conjunto, los 36 autores reflejan, a su manera, lo que es escribir en el norte de México, hablando del calor, de la muerte, de la falta de sentido. En algunos casos, utilizando el lenguaje coloquial que nos es tan común y característico; en otros, hablando como hablarían en la lejana Grecia.
El libro fue publicado por el Instituto Municipal de Cultura de Saltillo y la Biblioteca Harold R. pape.