Por Liliana Contreras Reyes
El libro que leí esta semana es de un género que pocas veces he leído: entrevistas. Escrito por el saltillense Raúl Olvera Mijares, se trata de una propuesta clara, en la que se contrasta el ingenio de los interlocutores.
Como su nombre lo deja entrever, Puntos cardinales incluye a cuatro personajes con más afinidades que diferencias, cuya personalidad se expresa de una manera particular y única.
Olvera alterna las respuestas de los entrevistados, con sus impresiones o con la descripción acogedora del ambiente en que se lleva la conversación. Resalta los rasgos de cada uno de los artistas, creando imágenes muy certeras que reflejan su personalidad, ya sea en un ademán, una frase, los libros que casualmente los acompañan o a través del silencio, la perspectiva que tienen de la vida o del futuro.
Norte
En “Flotar sobre las dunas” el autor narra su experiencia con Jaime Torres Mendoza. Escritor, músico, maestro, editor, originario de San Juan del Cohetero, comparte las bondades y aristas de su profesión. Como Jaime Torres fue mi maestro, puedo imaginar lo que el autor describe: el pequeño espacio en que trabaja, su capacidad de diversificar la creación entre la escritura de un libro, la edición manual de una revista y hasta la elaboración de un violín.
Sur
A Guillermo Sampiero lo leí por primera vez en su libro “Después apareció una nave. Recetas para nuevos cuentistas”, hace más de diez años. Sus textos me llegaron por casualidad y leerlo en la entrevista me ayudó a comprender, en parte, algunos de ellos. En “Bestias de lo breve”, Olvera deja entrever a un escritor nato. De esos que, como Jaime Mendoza, escriben por una necesidad intrínseca y no por ganar premios, fama o dinero. Un escritor “artesano”, por decirlo de algún modo, que platica acerca de las influencias en su escritura, las cuales nacieron en su propia casa, su confrontación con el mundo de los intelectuales, sus saltos vocacionales, hasta caer en la cuenta que su verdadero llamado era la creación literaria.
Este
Con un aura religiosa, “La última palabra” nos retrata al filólogo José Alfonso Atanasio Gómez Ortiz. Después de intentar convertirse en eclesiástico, Poncho, como lo llama el autor, se introdujo al mundo de las lenguas. Dominaba el griego y el latín, era conocedor del esperanto, del portugués y experto en español. Dedicó gran parte de su vida a desarrollar una serie de cursos, redactados en su antigua máquina de escribir, en los cuales resumió sus conocimientos, para que, los interesados, aprendieran idiomas en un modelo de Educación Abierta. Con una gran apertura para compartir su ser con los demás, Poncho perdió la vida después de esa entrevista: sus últimas palabras.
Oeste
La última entrevista fue hecha a un director de teatro: Ludwik Margules. Nacionalizado mexicano, Margules impartió clases de actuación por más de cuarenta años. En su entrevista, “Texto como pretexto”, explica cómo el director de una obra es el verdadero autor de la puesta en escena. La entrevista se llevó a cabo en una visita a Saltillo, después de haber tenido una trombosis cerebral. Exiliado de Rusia, llegó a nuestro país trayendo consigo la herencia de su familia: la habilidad para apreciar la ópera y el teatro. La insatisfacción lo llevó dirigir más de cuarenta obras y tres películas, así como a actuar en cine y televisión: “siempre al estrenar una obra logro ver solamente defectos que me pudren el alma”. Es así como, la búsqueda de la perfección -o el placer por el trabajo realizado-, lo llevaron de un proyecto a otro.
Puntos cardinales es un libro corto (95 páginas), de fácil lectura, que abre la puerta al reconocimiento de quienes, como nosotros, gozan de la creación como un modo de vida.