Por Champaca Treviño
Cada vez somos más las mamás que buscamos desarrollarnos en el rol de madre pero también de profesionistas, fácil no es, imposible tampoco, simplemente es un reto que se puede lograr con organización, paciencia, tolerancia y mucha inteligencia emocional, porque por supuesto que en el día a día, esa paciencia, esa tolerancia y esa organización, se esfuman en un segundo.
Imagínate que amaneció y no escuché el reloj despertador y a correr porque para cuando me di cuenta, el tiempo lo tengo encima, preparar loncheras, desayuno, snacks, ir a las recámaras de los niños y claro nunca falta, la niña que tiene sueño, a sus 4 años, aun amanece algunos días irritable queriendo descansar más tiempo sin embargo, para poder alcanzar con los tiempos, desde hace dos años se va y regresa en el mismo horario que su hermano, entonces se me acortan los tiempos.
Con la niña irritable, sin querer ponerse el uniforme, mi esposo revisando el reloj porque de las cosas que más le desesperan es llegar tarde, el niño no encuentra y sus cosas y listo al final todos se van, sin embargo yo me quedo ya con un poco de menos dosis de paciencia, y como los tiempos vuelan y justo ese día se fueron más rápido que de costumbre, corro a prepararme para ir a la oficina y suena el celular, es la señora que nos ayuda y me dice que no va a poder ir, que está enferma y no sabe cuántos días necesita, ¡qué hago! ¿Cómo lo resuelvo? ¡Vienen a mi mente mil ideas, pero no es el momento de detenerme a pensar en eso porque ya voy tarde a una cita, el tiempo pasa y de repente me doy cuenta que ya es hora de que mi esposo llegue a comer y no le avisé que no hay nada! Y nada es nada literal, voy rumbo al colegio y en eso el tráfico, hora pico, para cuando me acerco ya la fila es enorme! Y de repente me rebasan, casi choco, logro salir adelante y llego a la puerta donde están mis hijos los cuales vienen con una paciencia y discutiendo entre ellos, el carro de atrás me pita pidiendo acelere mi paso, el celular suena, los niños suben discutiendo y yo…. ¿Y yo? EXPLOTO, esto para ti fue imaginarte una serie de eventos, para mí, es una realidad.
Qué fue lo que pasó, en dónde quedo mi organización, mi paciencia, mi tolerancia y todo eso de lo que hablamos cuando decimos que buscamos un equilibrio entre todos los roles que vivimos día a día, pues se fueron, apareció el ser humano que también se cansa, que también, se angustia, que también, siente y que tiene derecho también a sentirse mal.
Y en eso recuerdo la película, maravillosa Intensamente, que me encanta porque cuando la vemos con ganas de divertirnos, la disfrutamos de una forma enorme, pero cuando la vamos con ojos de análisis, qué increíble todo lo que podemos aprender de las emociones y si, para mí la principal, es que el ser humano tiene tristeza, alegría, miedo, desagrado, furia. Esa furia a la que tanto tememos sacar, pero que ahí está, en nuestro cuerpo, en nuestras emociones y no la podemos desaparecer porque forma parte de nosotros, terrible error cuando solo buscamos estar felices, todo el día, con la sonrisa en la cara, eso no es posible, somos seres humanos.
Lo que si es importante, es darnos nuestros momentos, para hacer lo que nos gusta, lo que nos llena, escuchar música, leer unas páginas de un buen libro, ver una serie, visitar a alguna amistad, hablar con seres queridos, hacer ejercicio, rezar, meditar, o simplemente ¡no hacer nada! Llenarnos de esos momentos que permiten que esas dosis de paciencia, tolerancia, que permiten una organización en nuestras vidas, regresen.
No te asustes, no te sientas incomoda, no estás mal. Eres un ser humano que también tiene derecho a que no todo en su vida en este momento esté en equilibrio, solo busca dentro de ti, escúchate y analiza la forma de disfrutar las cosas y podrás ver el mundo de una forma más positiva.