Por Karla Sotelo
Me tomó el peso de un corazón roto y el sentimiento de confusión mezclado con dolor, para aprender qué tan importante era amarme a mi mismo y dejar que mi intuición fuera mi guía.
-Yung pueblo-
Cuando era chica, como de unos 10 años, recuerdo que había en el cuarto de mi tía un letrero sobre su tocador que decía: “Sólo el dolor nos hace despertar”. En ese momento me parecía algo masoquista, chocante de leer y por su puesto que de ninguna manera lo entendía. Treinta años después me cae el veinte.
A veces puede ser una pequeña incomodidad persistente, otras, un corazón hecho pedazos, un cuerpo enfermo o uno de esos acontecimientos que te cimbran.
Cualquiera que sea el modus operandi del dolor, te saca del status quo, de la famosísima zona de confort (que no viene al caso pero yo me la imagino como un sillón en un cuarto negro) y es un mensajero que viene a decirte lo que necesitabas oír desde hace mucho, pero te rehusabas a escuchar. Empezó tal vez con una voz quedita, hasta que tuvo que gritártelo en la mera cara.
A partir de ese momento ya no te puedes hacer la dormida, y más te vale escuchar atentamente que viene a decirte, por que si no le haces caso, no se irá, o parecerá que si, pero permíteme decirte querida lectora, ¡si tú! Tú! la única que me lee, no te hagas, que luego viene más fuerte potente y claro, como rugido de león y ya solamente con tres palabras nada amables: Te lo dije.
Para mi el mensaje fue muy claro…
Ámate, vuelve a ti.
Por fin entiendo ese letrero (que creo que aún sigue ahí) y es que el dolor transforma y si tenemos la suerte, humildad y voluntad de aprender lo que nos tocaba, en vez de solo querer mitigarlo con chochos, (o paracetamoles según sea el caso). Entonces seguiremos el camino con otra perspectiva, un poquito más sabias, más espabiladas y un poquito o un muchito más felices.
A ti, ¿qué te duele?
Y cómo las penas con pan son menos aquí la receta de un pan esponjosito, mantequilloso, bueno para el alma. No apto para intolerantes al gluten, lactosa, azúcar, huevo, y deliciosura.
BRIOCHE FRANCES.
Necesitan:
500 g de harina de fuerza (12 gr de proteína, en el costado de las harinas viene)
1 cdita de sal
200 ml de leche tibia
12 ml de aceite de oliva
50 g de azúcar
100 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
2 huevos
10 g de levadura instantánea
un molde para pan de caja
Procedimiento:
1. Mezclar en la batidora con el gancho para amasar harina, sal y azúcar
2. Añadir la levadura y mezclar
3. Añadir los huevos y la leche tibia
4. Cuando se haya formado una masa uniforme, añadir poco a poco la mantequilla
5. Amasar hasta que se forme una masa uniforme y aunque algo pegajosa aún.
6. Dejar reposar por 45 min a una hora o hasta que doble su tamaño.
7. Ponchar la masa (desinflarla para quitarle el gas y amasarla poquito de nuevo)
8. Dividir en tres partes, alargarlas y hacer una trenza
9. Colocarla en el molde con papel para hornear
10. dejar reposar hasta que doble su tamaño de nuevo.
11. Hornear a 200* c por 25 min.
12. Dejar enfriar.
13. Comer.