MATERNIDAD DESEADA, INFORMADA Y ELEGIDA

Por Susana López Siller

Oaxaca hizo historia. El segundo estado con mayor pobreza en el país se ha convertido en el segundo estado en despenalizar el aborto en todo su territorio, en un esfuerzo por darle a la mujer libertad y decisión no sólo sobre su cuerpo, sino sobre sus vidas. ¿Por qué es tan importante que en un estado con 1.13 millones de personas viviendo en pobreza extrema sucedan estos cambios? ¿Por qué es importante para la lucha feminista?

            Según cifras de la Secretaría de Salud de Oaxaca, en el estado ocurren dos mil 300 abortos clandestinos al año, calculando que por cada interrupción de la cual se tiene conocimiento (la mayoría de las veces por complicaciones en la salud que hacen que la mujer acuda a un centro de salud público) existen tres de las cuales no se tiene registro. Esto suma alrededor de nueve mil abortos al año, de los cuales se tienen sólo suposiciones de los métodos utilizados para llevarlos a cabo, así como datos generales sobre la madre tales como edad, estado civil, nivel educativo o estado del embarazo ¿Qué no sería necesario conocer estos datos para poder erradicar embarazos no deseados?

            El aborto es una realidad, ha sucedido, sucede y lo seguirá haciendo aún sea ilegal. ¿Qué pasa cuando se legaliza? Se hace VISIBLE, y al hacer una problemática visible esta puede buscar erradicarse. Recordemos que Oaxaca tiene uno de los mayores porcentajes de población indígena en el país, la cual vive en pobreza y en muchos casos, pobreza extrema. Las mujeres que viven tal situación, tienen poco acceso a salud y gracias a la pobre educación y a la a veces injusta idiosincrasia de la región, son más propensas a sufrir violencia física o sexual, que puede desembocar en un embarazo no deseado. Las cifras de embarazo infantil en el estado, han ido en aumento. Si, el embarazo de niñas de los 10 a los 14 años, que no tienen conciencia alguna de las consecuencias de ser madres a esa edad o educación sexual suficiente para cuidarse o denunciar violaciones. En el año 2015, según cifras de Servicios de Salud de Oaxaca, se registraron al menos 298 alumbramientos; en el 2018 la cifra ascendió a 486. Y en el caso de los embarazos en general, el embarazo adolescente ocupa el 20% de ellos.

            Poder garantizar el acceso a un aborto legal y seguro no significa dejar que las mujeres “puedan andar abriendo las piernas” como escucho continuamente, en una idea machista, misógina e ignorante sobre la situación. El acceso al aborto seguro y legal, le da herramientas al estado para luchar no sólo con la problemática de los embarazos infantiles, adolescentes y no deseados; le da una oportunidad para cerrar ciclos de pobreza que se reproducen con mujeres que son madres sin tener niveles de escolaridad mínimos. De igual manera, permite saber el estado de violencia que se vive hacia las mujeres, facilitándoles denunciar agresiones sexuales que las hayan hecho decidir interrumpir su embarazo.

            Verán, esto no se trata de moral, de juzgar si la mujer que aborta se va a ir al cielo o al infierno. Se trata de no dejar que niñas, adolescentes y mujeres en situaciones difíciles lleven a término embarazos para los cuales no están preparadas y probablemente nunca lo estarán. Esto es egoísta e inhumano, y a mi parecer, inmoral.

            El aborto debe ser una de las decisiones más difíciles que vive una persona. En lo personal, no desearía a nadie estar en tal situación. Sin embargo, hay mucho trabajo por hacer si deseamos erradicarlo y buscar proteger a toda mujer que tenga que afrontase a tan dolorosa decisión. Si queremos comenzar, debemos hacerlo desde la empatía, y no desde el juicio. Es necesario que no sólo en Oaxaca, sino que en el país entero, existan mecanismos y centros de acceso a abortos seguros, en donde las mujeres no sólo encuentren una solución momentánea, sino que reciban información, educación sexual y de planificación familiar, y sobre todo, seguridad de que pueden tener una vida sana, sin violencia y decidida.

            La maternidad será libre, o no será.

Susana López Siller

Mamá de dos, psicóloga, soñadora y feminista. Me apasionan los temas de salud mental, crianza y equidad de género, y cómo puedo aportar desde mis textos a crear una sociedad más justa. Escribir se ha vuelto mi terapia.

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