Por Anagabriela De La Garza Moeller
El día de ayer una amiga nos escribe casi a las 10 de la noche “échenme porras apenas voy a hacer la comida de mañana”, es increíble como el amor de una mamá sobrepasa cualquier estado de ánimo, de cansancio o de salud.
Una madre joven de dos niños, que se esfuerza todos los días por ser la mejor madre, esposa y además ser trabajadora y productiva. A tí amiga te escribo estas palabras, eres valiosísima, eres valientísima, eres fuertísima!
Hay mucho trabajo, cansancio y esfuerzo detrás de tu sonrisa, de tu forma de siempre chulear a tus amigas, de estar animosa y amorosa de verte siempre guapísima. Sé que no es fácil y que a veces pesa, y pesa llegar a las 10 de la noche a hacerles de comer comidita casera a tus hijos para que coman comida de su mami, porque si no lo hicieras así ¡te sería imposible! Despertarte a las 6 de la mañana y prepararlos para ir a la escuela, irte a trabajar, recogerlos para después darles de comer rápido lo que cocinaste una noche antes, regresar a tu trabajo y esperar tu salida para llegar con tu mejor actitud a compartir tus tardes amorosas con ellos, llevarlos al parque o asistir a una piñata, llegar a darles de cenar, bañarlos y dormirlos, para que después, cuando nadie te ve, vuelvas a repetir todo ese trabajo, todos los días, con tu sonrisa, con tu amor y tu fuerza, solo pidiendo un poco de porras. Te veo amiga, veo tu trabajo y te admiro cada día más y estoy segura de que ellos también lo hacen. Eres increíble mi querida Alicia, te quiero mucho.