Por Lorena Salas
¿Cuánto tiempo de tu vida has pasado sin saber realmente lo que te mueve? ¿Cuántas veces esperaste a que llegara el momento preciso para despertar y salir de cualquier estancamiento? Siempre estuvo ahí, esperándote dispuesta a recibirte con brazos abiertos en el momento y lugar oportuno, eso que siempre buscaste que te impulsara a sentirte vivo de nuevo, eso se llama pasión, sea hacia un trabajo, un servicio que resulta ser retribuido, un hobby, un talento escondido que acabas de descubrir o simplemente cualquier cosa que te haga tener un motivo para respirar y levantarte cada mañana.
Por pasión podemos entender todo aquello que arde en nuestro interior como una luz siempre encendida que nos va guiando hacia el camino de la plenitud y felicidad, pasión es todo eso que buscamos para encontrarle sentido a la vida, es todo eso que nos convierte en nuestra mejor versión de nosotros mismos, ¿cómo encontrarla? Simplemente llega cuando debe llegar a través de seguir nuestro instinto y seguir haciendo lo que amas hacer, una cosa conduce a la otra.
Encontrar tu pasión es encontrar al mismo tiempo la motivación, ese motor clave para avanzar en cualquier proyecto que te propongas para poder cumplir tus metas. A continuación, te comparto algunos consejos de cómo poder encontrar la pasión en tu vida:
Cree en ti. Este es el primer paso para lanzarte a hacer cualquier cosa que siempre te ha gustado y ejecutarla en la vida real, a veces basta que alguien te diga simplemente que cree en ti o que confía en que puedes lograr ciertas cosas para activar esa chispa, basta escuchar las señales, tener nuestros oídos y corazón abiertos para conectarnos con todo nuestro potencial.
Haz lo que estremezca tu corazón. ¿Recuerdas la última vez que deseaste volver a repetir algo? Bueno, así se siente la pasión hacia algo que encontraste que le dio un vuelco a tu vida, sigue así, no pierdas el ritmo, una vez que encuentras eso que te hace vibrar y sentirte vivo por completo, no lo sueltes y úsalo como soporte para continuar superándote a ti mismo.
Dedícate a tu pasión. Vivir para trabajar no es lo mismo que trabajar para vivir. Cuando realmente te gusta algo, jamás lo sientes como un sacrificio, al contrario, te levantas cada mañana con gusto esperando volver a hacerlo y encima de todo generas abundancia en tu vida al darte tú y a los demás y como recompensa el universo te retribuye de todas las formas posibles.