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PREMIOS O CASTIGOS

Por Dennis Charles

Para cambiar una mala conducta de nuestros hijos, generalmente utilizamos un premio o un castigo. Es muy común utilizar con ellos frases como “si te lo comes todo, te daré una paleta” “si no haces toda tu tarea no te dejaré ver la tele” “si te sigues portando mal, no irás a la fiesta”, etc.

Y sí, la conducta cambia cuando utilizamos premios y castigos, pero, ¿no te ha sucedido que los niños tarde o temprano vuelven a presentar las mismas conductas? ¿o simplemente actúan porque esperan algo a cambio?

Los premios y castigos modifican la conducta, pero lo hacen por un periodo corto y a la larga, no son efectivos. Cuando nos enfocamos en utilizar más castigos, los niños pudieran comportarse mejor, pero lo hacen por las razones equivocadas, generalmente por miedo o para evitar algo desagradable. Y cuando nos enfocamos en utilizar premios, hacemos a los niños, adictos a ellos, y su conducta se dirige a siempre buscar una recompensa. Como puedes ver, tanto premios como castigos, no son efectivos a largo plazo y al usarlos, los niños se comportan por motivos extrínsecos y no logran aprender ninguna habilidad para la vida.

Entonces, ¿Qué es lo que realmente funciona?. Hay muchas estrategias que podemos implementar con nuestros hijos y que son efectivas a largo plazo y les enseñan valiosas habilidades para la vida. Te compartiré algunas:

  • Dar aliento: en lugar de premios, puedes alentar la conducta de tus hijos, dando valor a lo que hacen. Por ejemplo, en lugar de decir “estoy muy orgullosa de ti, sacaste 10 y me haces muy feliz” puedes alentar de esta manera “esta calificación refleja tu esfuerzo, agradezco todo tu trabajo”.
  • Enfoque en soluciones: en lugar de castigar, puedes ayudar a tus hijos a buscar soluciones efectivas y respetuosas ante las situaciones problemáticas. Por ejemplo, en lugar de decir “no pusiste la ropa sucia en su lugar, por lo tanto, no verás televisión” puedes decir “¿Qué necesitamos hacer con tu ropa sucia para que pueda lavarse? ¿Qué ideas tienes para que puedas colorar la ropa sucia en su lugar? Hagamos juntos una lista de posibles soluciones y escojamos la mejor para ti y para mí”.

Estas estrategias se basan en el respeto y la amabilidad, pero sin dejar de establecer límites, y enseñan a los niños a pensar por ellos mismos y a mejorar desde su propia motivación. Podemos premiar su conducta, no tiene nada de malo, pero no debemos de hacerlo muy seguido, los premios pueden ser como un dulce que no se come todos los días, pero nuestro alimento diario con nuestros hijos, debe ser el aliento, la búsqueda de soluciones y el trabajo en conjunto.

Dennis Charles: Mamá de dos niñas, psicóloga con Maestría en Aprendizaje y cognición y especializada en neuropsicología infantil, certificada en Discipline Positive Parent Educator y en Encouragment Consult.
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