Por Laura Prieto
Mi Sara es un robot, va por la casa detrás de mi como un monigote, no se aleja de mi más de dos metros, abraza mi pierna mientras lavo los trastes, a donde voy ella está, le pega enérgicamente a cualquier puerta de la que estoy detrás, me exige para ella.
Yo alimenté este comportamiento desde que nació, ella es mía y yo de ella, duerme la siesta en mis brazos, yo soy su periquera cuando nos sentamos a comer, soy su luna, ella órbita a mi alrededor, es abrumarte y hermoso, somos una misma.
Cuando se cansa de trajinar regresa a su estación de carga, a mis brazos, se enchufa y bebe la leche de la vida, la leche de mamá y se duerme segura y feliz, en mis brazos conectada a mamá, tanto tiempo, todos los días duerme conectada a mi le doy mi energía y cuando se recarga su batería despierta, para seguir orbitandome y somos felices así, juntas.