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A TODAS LAS MAMÁS SOLTERAS

Por Liliana Mendoza

Nos guste o no, todos tenemos una imagen de cómo es una madre soltera, buena, mala o intermedia. Yo también tenía la mía hasta que me convertí en una.

El estereotipo más común es el de la “luchona” con hijos generalmente de diferente padre, que trabaja muchas horas para mantenerlos, que casi no los ve por estar trabajando, entre otras características. Las circunstancias por las cuales ella se convirtió en mamá soltera son variadas.

Todos sabemos los posibles escenarios por los cuales una mujer se convierte en mamá soltera, quizá creyó amar al hombre equivocado y él se fue, quizá fue violada (en el peor de los casos), quizá ella decidió serlo, quizá se divorció, o enviudó. Las razones y circunstancias son diferentes en cada caso.

Las madres solteras, no casadas, sin marido, como quieras llamarle, venimos de todos tamaños y formas y de diferentes caminos. Quizá algunas te parezcan que encajan en tu estereotipo de una madre soltera, pero lo que si es cierto es que lo que hay detrás solo ella lo conoce.

No importa cómo llegó a este estado, lo que si es que, como cualquier otra madre, tiene cientos de trastes que lavar y lidiar sola con la vida, y muchas veces siente que no puede. Esto es una realidad de las mamás, de todas las mamás (casadas o no).

En mi caso particular yo no desperté un día y dije “sí, quiero ser mamá y criar a mi hijo yo sola”, pero las cosas pasan y terminé aquí, teniendo a mi hijo y haciéndome cargo 100% de él. Hago lo mejor que puedo, sacrifiqué muchas cosas (que realmente no pesan) por pasar más tiempo con mi hijo y  no me arrepiento de nada. En ocasiones me sorprende la sociedad que todavía se “escandalizan” al saber que no te casaste, habiendo otras cosas en la sociedad por las que si deberíamos preocuparnos.

¿Entonces cómo es en verdad una madre soltera? Es una madre que como tu está cansada, que muchas veces se siente sola por las noches, en la mayoría de las veces está muy orgullosa de llevar su hogar ya sea de un hijo o más. Es una mujer que al igual que tu busca espacios para ella, es independiente, toma decisiones muy importantes ella sola (con todo el miedo del mundo), una mujer que es el sostén de su casa y lo más importante que no tiene por qué encajar en tus estereotipos. No tenemos que comprobar quien tiene una mejor o peor vida, porque no hay tiempo para eso, la vida no espera. Al final de cuentas todas somos mujeres y mamás.

Liliana Mendoza: Mamá de Diego, Maestría en Administración de Instituciones Educativas, trabajo en el sector público, me apasiona leer y aprender sobre mujeres. Ahora aprendo a ser mamá.
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