Por Iliana Longoria
La importancia de la familia para cualquier persona es de suma importancia. Creo que vivimos en un mundo en el cual desgraciadamente muchas de las familias han perdido los valores que son fundamentales en la vida de todas las personas para su crecimiento emocional y psicológico, pero qué pasa cuando a la familia llega el autismo. Pues cada familia toma el diagnóstico de diferente manera porque no todas las familia lo toman de igual manera.
Antes del diagnóstico la familia alberga la esperanza que eso que tanto temen no sea cierto, pero la palabra autismo viene a derribar todas las expectativas que tenían sobre su hijo y viene el duelo y sentimientos encontrados que desbordan día a día, frustración, miedo, coraje, reproches, culpabilidad entre muchos más sentimientos y empiezan a creer que su hijo no podrá lograr retos como cualquier otro niño.
¿Qué pasa cuando en lugar de preocuparnos nos ocupamos? Créanme que lo único que puede suceder solo son cambios positivos desde el contexto familiar así como los déficit que presenta el niño o niña. Claro que nunca será fácil el recibir el diagnóstico de autismo, pero en la medida que vayamos aceptando que nuestro hijo o hija tiene autismo, no es el fin es el principio de un largo camino con subidas y bajadas y así es la vida días buenos y otros no tan buenos.
Nuestra actitud es la que hará la diferencia en este caminar, aprender que el diagnóstico solo es un punto de partida y que el diagnóstico de autismo no define a la persona, porque este chico o chica tiene habilidades, debilidades, áreas de oportunidad, fortalezas y algo muy importante la familia es un pilar muy importante y es importante confiar en nuestros niños darles seguridad y creer en ellos.