Por Miriam Valdez
A veces se me olvida….
Se me olvida que dejar tus zapatos regados, no es porque no tengas hábitos o porque no seas consciente de mantener la casa en orden, es porque simplemente eres un niño con prisa de jugar. Se me olvida que si no te quieres bañar y sólo entras a la regadera y te remojas, no es porque seas sucio o me quieras engañar, simplemente es porque pasar un rato debajo del agua es más divertido que tallarte con jabón. Se me olvida que si me dan una queja en la escuela de que “agrediste” a un compañero o hiciste algo fuera de contexto, no es porque seas un criminal o un mal educado, es porque eres un niño aprendiendo a controlar sus impulsos. A veces se me olvida que si no trajiste tus libros a casa, no es porque no seas autónomo o un mal estudiante, es que eres una personita que está aprendiendo consecuencias de los actos aún. A veces se me olvida que si te fascina comer dulces, y lo haces a escondidas, no es que no tengas formación y vayas a ser un adicto, es porque eres un niño en esa maravillosa etapa de disfrutar hasta el hartazgo lo que un caramelo provoca. A veces se me olvida que si pides nuestra ayuda para algo, no es porque seas un atenido, es que estás aprendiendo y el apoyo de tus padres es fundamental. A veces se me olvida que si lloras y haces un drama por cualquier situación, no es porque seas chiflado, es porque estás aprendiendo a reconocer y controlar emociones. A veces se me olvida que si me pides mil abrazos cuando más ocupada estoy, no es porque seas demandante, es porque necesitas mi contacto y mi calor. A veces se me olvida que si te encierras en tu cuarto, no es porque estés haciendo algo malo o te quieras aislar de la familia, es que estás aprendiendo a convivir contigo mismo y tus pensamientos.
Se me olvida que tu principal labor en esta etapa de tu vida es disfrutar, explorar, jugar, reír, acariciar, ir a divertirte a la escuela, a hacer amigos, descubrir, imaginar, soñar, pedir límites a gritos, pedir amor a borbotones. Se me olvida que eres simplemente un niño… ese niño que cada día se convierte en mayor.