Por: Mayte Cepeda
Además de ser yogini, también soy ambientalista. Tengo aproximadamente los mismos años (casi veinte en ambos casos) de trabajar en ambos rubros y, en esta ocasión me dieron ganas de escribir sobre un tema que está muy en tendencia y se refiere a la protección del medio ambiente.
En mi estado –Coahuila– a partir de ya, está prohibido el uso de bolsas de plástico y popotes desechables y productos de poliestireno expandido (unicel) para envasado y empacado de alimentos, en establecimientos mercantiles, comercios y sitios afines.
Esto lo sé porque trabajo en gobierno, dentro del rubro ambiental. Sin embargo, me parece que la gran mayoría de la población ya lo sabe, y si no lo sabe bien, por lo menos en alguna plática familiar, entre amigos, o en el trabajo, alguien seguro ha tocado ya ese tema.
Dejar de utilizar y proporcionar plásticos desechables, no debiera ser una obligación e imposición únicamente para comercios y establecimientos, sino que debiera ser una práctica general que todos asumamos, sin que hubiese un castigo legal por incumplimiento. Y si como sociedad hemos llegado a estos niveles, en los que ha sido necesario prohibir mediante una ley, es por el mismo abuso que hemos tenido respecto al uso indiscriminado de productos desechables y contaminantes; si nosotros mismos no hubiéramos incurrido en el abuso de uso de plásticos desechables, esta medida no hubiera sido necesaria.
Sabemos perfectamente que, alternativas al uso de plásticos desechables claro que las hay, si no pregunten a sus mamás y abuelitas cómo le hacían hace 40 o 50 años. Verán que aunque cueste un poco de trabajo, siempre se pueden reasumir los buenos hábitos y volver a lo básico.
Y en este tema hay varios aspectos muy importantes. Primero, no por pretender sustituir el plástico desechable y optar por productos a base de papel estaremos solucionando el problema, al contrario, estaríamos condenando otra industria, la de los bosques, y eso solo empeoraría las cosas en nuestro propio perjuicio. La tala inmoderada de árboles es un problema que, junto con los incendios forestales, rezamos por que no aumente.
Segundo, no por utilizar productos “biodegradables” estaremos disminuyendo los residuos y la basura. Esto, ya que al menos en México no existe una entidad que nos pueda acreditar que realmente un producto (o una bolsa en este caso) contiene realmente insumos de tipo biodegradable, y aunque lo tuviesen, no se dan las condiciones necesarias para degradar ese producto, es decir, va a durar guardado o tirado el mismo tiempo que cualquier otra bolsa desechable. Así que, solución, tampoco lo es.
Entonces, ¿dónde está la solución? Obviamente en consumir menos. En darle más de un uso a las cosas que usualmente las tratamos como desechables. Y que cuando pensemos que ya no podemos darle más uso a una cosa, seguro existirá una alternativa más. Hay iniciativas, como la de una marca de ropa europea (presente en nuestra ciudad) que ha lanzado iniciativas positivas para reutilizar y reciclar prendas, ayudando a personas de escasos recursos, al planeta y de pasada a ti, dándote un buen descuento por juntar la ropa que no utilizas y entregarla a un buen destino.
Entonces, respecto al tema de la preocupante acumulación de residuos ¿qué puedes hacer desde tu trinchera, en tu papel de mamá, de mujer trabajadora o del papel que te toque desempeñar ahora mismo?
- Cargar las bolsas de tela o plástico resistente (como la red del mercado) en tu carro es una buena práctica; si de repente las olvidas en casa, practica a llevar el mandado sin una sola bolsa, ¡a ver si a la próxima se te vuelven a olvidar! (lo dudo sinceramente).
- Separar la basura en casa, comienza por lo básico, orgánicos (cáscaras de frutas y verduras, hojas, semillas, cáscara de huevo, entre otros) e inorgánicos; de ahí experimenta separar de los inorgánicos lo que puede reutilizarse como el cartón, el plástico, el aluminio y el vidrio. En nuestra ciudad existen muchas iniciativas que promueven el reciclaje de estos insumos, y si de plano no sabes a donde mandar los residuos que separes, con gusto te puedo asesorar.
- Dale más valor y uso a las cosas que tienes. Si piensas que ese saco está pasado de moda, ponte creativa y verás que seguro lo podrás actualizar variando las prendas con las que lo combines.
- Con la misma creatividad, opta por que los envases vacíos, materiales y demás insumos que se generan en tu casa puedan reutilizarse y se conviertan en manualidades para tus hijos, envases de almacenamiento casero, y demás afines.
En resumen, es mucho lo que podemos hacer por evitar la generación continua y desmedida de residuos. Nosotras sabemos que el ejemplo arrastra. Si nuestros hijos ven estas prácticas positivas en casa, las asumirán como algo normal, participarán en familia y las adoptarán cuando les toque dirigir su propio hogar. Pongámonos conscientes un poco más y seamos empáticas con nuestro planeta, que a final de cuentas, es el único que tenemos. ¡Namasté!
FB: Mayte Cepeda
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