Por Dona Wiseman
El día 9 de marzo, lunes, no leerás esta columna. Esta vez no será porque la haya entregado tarde. Será porque la revista NES es de mujeres para mujeres y el 9 de marzo no circulamos. Sí es verdad que algunas tomarán el día como día de descanso o para sacar pendientes. Sí es verdad que
intervendrá la política y las empresas para quedar bien con el sector de la población que les interesa. Sí es verdad algunos negocios aprovecharán para hacer publicidad de sus servicios y promover ofertas. Sí es verdad que algunas escuelas tendrán clases normales, con el personal completo, a pesar de haber suspendido clases la Secretaría de Educación (no se les puede culpar de no querer encarar el desmadre que será un día en que las mujeres, quizás 70% del personal, no aparezcan a trabajar). Sí es verdad que un evento de este tipo, y la marcha que lo procede, no cambiará todo lo que se requiere cambiar. Sí es verdad que habrá negocios que cerrarán y que la dueña (otra mujer) tendrá que pagar los sueldos de ese día, absorbiendo la pérdida. Sí es verdad que le daremos el día “libre” a las mujeres que nos ayudan en casa, y les pagaremos su sueldo, sin tener certeza alguna de lo que ellas harán con el día y el tiempo (no es nuestro para determinar). Sí es verdad que hay hombres que ya han preguntado si ese día tampoco “la haremos de pedo”. Y sí es verdad que no todas las mujeres que desean participar en la marcha y el paro podrán hacerlo, por muchas razones válidas (como miedo a represalias que sí se tomarán o porque alguna es ginecóloga y el bebé que nacerá no sabe de paros y ni siquiera de injusticias aún). Todo esto es inevitable.
Pero también sé que en la oficina de aguas de Ramos Arizpe las cajeras están entrenando a hombres para cubrir sus lugares el lunes 9 y que una de mis hijas comentó que la intención en su escuela es funcionar sin mujeres, o sea dentro de la intención original de la propuesta. Sé que algunas personas quisieron “aprovechar” para cambiar sus citas conmigo a ese día. Quizás suponen que no participo en “tonterías de ese tipo”, no lo sé, no pregunté.
Mi concepto personal es que cambios masivos no se logran de la noche a la mañana, jamás de madrazo, pero que si un evento, un paro, o una marcha alcanza a tocar la consciencia de un puñado de individuos, o, aunque sea de uno solo, de eso se trata. Dicen Claudio Naranjo y José Saramago que para el mundo (colectivo) no hay remedio, que solo hay remedio para los que remedian en lo individual, que trabajan para dejar la mecanicidad y acercarse a ser humanos (viviendo de manera creativa y no repetitiva).
Entonces yo, que soy idealista, sabiendo que no hay resolución, pero creyendo en el alma que sí la hay, sigo trabajando en mí y en el mundo que está a mi alcance. Y yo paro mis actividades el lunes 9 de marzo.