Por Cristina Aguirre
Hija, no entiendes lo que pasa, aquella marcha en la que tantas mujeres se levantaron para cambiar tantos rubros en las que no hemos sido escuchadas me llena de esperanza.
Eres muy pequeña, no lo entiendes, tus hermanos apenas comienzan a darse cuenta por eso te cuidan, por eso te defienden, porque saben que eres frágil por que saben que hay algo más allá afuera que temer.
Que a muchos les perturba el caos del movimiento lo sé, los cambios siempre incomodan.
Me duele tener que decirte que esta marcha será toda tu vida.
Te toparas con el: “esto no es para niñas”, “tenía que ser mujer”, “este es tu papel”. Entornos en los que las mujeres con el mismo esfuerzo quedan rezagadas por cuestión del sexo.
Me duele en el alma heredarte este entorno tan lleno de amargas noticias, tan lleno de obstáculos para nosotras.
Me disculpo de antemano por aquella mirada obscena, por aquel comentario misógino que puedas toparte en un futuro, por aquel compañero de trabajo que pudiera acosarte, me disculpo de antemano por los mismos comentarios con los que me he topado desde que también recorrí este mundo.
Hace poco estábamos solas, alguien se acercó y tuve tanto miedo… estaba aterrada porque estaba contigo… mi reacción fue agresiva, estaba asustada. Y esque te amo tanto.
Por eso perdóname si me equivoco y te perturbo al hablar, perdóname si esto puede llegar a asustarte pero así me siento yo, como muchas madres.
Cada día que nos arrancan a una más de las nuestras, una menos del “no se cuidó” o “se lo buscó”. O un juicio que marque la vida de una mujer, me atormenta el saber que puedes ser una más de esas cifras o una más de aquellas víctimas que guardan en silencio su pena por miedo, por vergüenza.
Mi amor, tengo tanto miedo, miedo de que seas una de esas noticias de abuso, de maltrato, de muerte. Por eso hoy quiero levantarme por ti y para ti.
Tengo el compromiso de comenzar a marchar preparándote para luchar, esa es mi marcha, la de todos los días.
Perdóname, eres muy chica, pero este mundo lo exige a gritos.
Tu pequeña marcha, en tan pocos pasos, en la que no tienes culpa, en la que no te mereces ser una víctima más, en la que te debes exigir ser valiosa.
Necesito que te quede claro que tu valor es más de lo que muchos te dirán.
Cierra tus oídos al “no eres suficiente”, “éstas son tus funciones”, “te lo buscaste”.
Indígnate, indígnate cuando traten mal a tu compañera, cuando lastimen a una mujer. Empatiza, abraza y comprende.
Hoy te quiero empoderada, te quiero feliz te quiero contenta, pero también te quiero segura. Hija, perdóname pero te quiero entera.
No quiero abrir una bolsa en pedacitos. No quisiera ser una madre más que busque a su hija en pedazos.
Me duele tener que hablarte a tan corta edad de que el mundo es peligroso, quisiera mi infancia para ti. Pero tengo miedo que por omitirlo seas una estadística más de abuso.
Mientras a mi me enseñaban a dibujar yo me encuentro diciéndote que partes de tu cuerpo son exclusivamente tuyas. 4 años, 4 y esta lección es la que el mundo me orilla a darte.
Tengo miedo de que cuando no estoy cerca de ti alguien pueda lastimarte o abusar de tu inocencia. El simple hecho de pensar que alguien pueda herirte me parte el alma en añicos.
Eres pequeña, eres frágil, lo sé. Pero si hay monstruos allá fuera. Y esos monstruos humanos, son a los que más temo.
Me asfixia la impotencia en la que solo puedo mandarte allá afuera nerviosa, preocupada, tan pocos pasos y tanto el peso que ya tienes que cargar como mujer.
Imagino a tantas madres de adolescentes pensando… ¿llegará hoy?
Tu hoy tienes madre y mientras tengas seguiré marchando por cuidarte, hoy mi marcha la emprendo enseñándote que tu valor debe ser únicamente evaluado por ti misma y que tus estándares en cuanto a exigir el respeto y darlo deben de estar altos, muy muy muy altos, por que así de valiosa eres, nadie, absolutamente nadie te puede decir que no eres importante. Por ti y para ti marchamos.
Necesito que aprendas a pedir ayuda si te sientes en peligro, que aprendas a decir no cuando algo te incomoda, a hablar cuando te digan que calles. Cuando algo no vaya contigo que tengas la valentía de decir, esto no es para mi.
Por que soy madre, por que soy hija, por que soy tía, por que soy amiga.
Hoy pido a gritos JUSTICIA, por la niña que pudieses ser tu, por la madre que pudiese ser yo… hoy mi amor marchamos juntas por nuestra vida.
Que Dios nos ampare.