Por Lorena González
Querido COVID 19, como muchos en esta cuarentena, coincido en que nos has hecho enfrentarnos a nuestros más terribles miedos.
Gracias a esta cuarentena he podido analizar y utilizar los aprendizajes que me ha dado la vida cuando ha llegado el caos a mí.
He conocido el miedo toda mi vida, desde que fui niña tenía miedo de personas y cosas, muchas veces imaginarias, pero hasta hace poco pude reconocerlo y darle la cara.
Cuando nació mi primera hija, conocí el amor más enorme de todos, pero también me enfrentó al miedo más grande que puede tener una mamá, que es el perder a un hijo.
Lo malo de eso, es que cuando le dieron dos años de vida pensé que cuando los cumpliera y superara ese límite que le habían puesto, ese miedo se iba a ir. Verás, aunque dentro de mi sé que nada está escrito en esta vida, aunque soy consciente de muchas cosas, como de que cualquier otro integrante de mi familia se puede ir primero, incluso yo… en efecto se ha ido gente que no tenía un pronóstico corto de vida y su partida ha sido sorpresiva para todos.
Pero EL HECHO de que te digan y te condicionen tu vida es muy difícil de ignorar, porque ese miedo a perder a tu ser querido no se va nunca y aparece en cualquier pequeña oportunidad como una simple gripe donde todo se puede complicar, y cuesta mucho trabajo mental el vivir encontrando paz en eso.
Y es muy sabido que el trabajo mental es desgastante igual o más que un trabajo físico.
Así es que, de alguna manera, al enfrentarnos a ti que nos tienes a todos en casa y a muchos con MIEDO, me hizo recordar que ya he desarrollado herramientas para no dejarme dominar por él y que decido conscientemente darle la cara siempre, porque decido hoy y siempre que el MIEDO aunque a veces si me ha paralizado por momentos NO me va a dominar.
El miedo muchas veces está infundado, aparece sin avisar y nos hace irnos a escenarios que probablemente nunca ocurran como el caso de mi hija donde todo es incierto y así hemos vivido 7 años.
Pero también es el caso de ti que eres nuevo y desconocido, del que no tenemos ciencia cierta de nada y tenemos solo suposiciones que nos han hecho prepararnos y movilizarnos, tanto a los gobernantes como a los equipos médicos, educadoras y a la ciudadanía en general con sus respectivos oficios adaptándonos a esta forma de vida que esperamos sea temporal, nos hemos basado en casos y estudios hechos en otros países y podemos ver sus experiencias para tratar de no caer en los mismos errores.
Pero la realidad a la que nos enfrentamos es la INCERTIDUMBRE tan grande sobre qué pasará y a todo esto lo único que podemos controlar es la actitud que ponemos ante esta situación, si estamos en casa la mejor actitud es tratar de disfrutar las pequeñas cosas que por falta de tiempo nunca has podido hacer, no creo que haya regla exacta para una situación sin precedente como esta y si tienes que salir a trabajar porque te da miedo morir pero de hambre, pues tienes a tu disposición el cuidarte con todas las medidas indicadas y así con cada historia que cada quien vive y tiene que vivir. No todos se pueden quedar en casa y es entendible por que la realidad es que nuestra economía es diferente a la de otros países que han pasado por lo mismo.
Pero a ti que estás en casa o no, quiero decirte que no estamos solos, solamente necesitamos voltear a nuestro alrededor, para ver y disfrutar de todos los dones que la gente ha estado compartiendo con nosotros. Existe el hombre culto que te va a recomendar mil libros, existe el fit que te motiva con sus rutinas diario, existe el obsesivo que te enseña las mejores medidas de sanidad para salir y entrar a casa, el chef que te comparte recetas exquisitas para tu paladar, la mamá o maestra que te da tips para entretener y aprovechar el tiempo con los niños, el que sube lo que toma todos los días, el que sube lo que medita, el que sube sus series favoritas, y el que sube que odia todo lo anterior y que a él no le alcanza el tiempo así que solo quiere estar en paz.
Dime ¿cuál de estas cosas está bien o mal? No hay regla para nada, solamente hay muchas opciones para que tomemos lo que mejor que nos caiga a nosotros, y pasemos este tiempo tratando de ser nuestra mejor versión y principalmente estando en paz en esta espera.
Yo no sé qué pasará el día que mi hija no esté, no sé ni siquiera si esté yo aquí para vivirlo, lo que sí puedo hacer con ese demonio del miedo a perderla, es que cada que viene a mí y me trata de dominar, lo identifico y me repito a mí misma que es solo una pesadilla que me he contado y que no está pasando en este momento.
Por todo esto hoy COVID19 te quiero decir, que aunque me tengas cagada de miedo por mi hija vulnerable a ti, mis hijos, mi esposo que sale a trabajar diario, mis padres, abuela y familiares y amigos, no me vas a tener preocupada porque yo ya estoy haciendo lo que me toca con todas las medidas de sanidad marcadas y lo humano posible para que no entres a mi casa, lo demás aunque me cuesta aceptarlo no está en mis manos, y al menos el día de HOY agradezco y disfruto que estoy a salvo, con mi familia en casa todos completos y los voy a abrazar y voy a gozar por que hoy estamos todos juntos aquí, mañana será otro día … pero hoy así como cada día que pase y que te ganemos la batalla me echaré un brindis a tu salud desde casa.