Por Cristina Aguirre
Después de tanto tiempo sumergida en casa, encuentro que no soy la misma que el primer día… características y rasgos surgieron en mí que literalmente desconocía.
Hoy cuento en mis pocos cabellos que tengo, algunas canas… ¡¡las primeras que brotaron en mi vida!!! Realmente no se si fue la oleada de la edad o el resultado de esta caótica temporada… o una combinación de ambas.
Comienzo a notar cómo se trazan en mi cara ciertas bifurcaciones que no creo sea suficiente el plasma … ni las mascarillas… nada nada … probablemente necesite. ..una muy intensa retocada. Porque el botox de hace tiempo, pues ya no se nota nada. Y justo justo el tapabocas ¡no me tapa toda la cara!, aunque puede que si aplique un atuendo de musulmana.
El tiempo para aburrirme (como a la mayoría con hijos), no me alcanza, los horarios de clase de los niños no solo traban mi paciencia sino también el internet de la casa… conecto a unos, desconecto a otros y la maestra en la computadora con la cara trabada… “mamaaá maamaaá mi miss no dice nadaaaa”… “¡tranquilo, se fue la señal”, y para cuando por fin logra conectarse la clase se había dado por terminada.
Así que de pronto recibo una inesperada llamada que encendió la esperanza.
“Le ofrecemos un plan de mayor velocidad y lo mejor de todo es que se lo instalaremos sin tener que ir a su casa…“.
Jamás había agradecido tanto la llamada de una compañía de teléfonos. Fue como una racha de ese famoso viento de un programa de baja paga. “¡Contratado!” Le dije emocionada. Pero para mi sorpresa no solo no funcionó, sino que hasta el teléfono falleció con ese lucero de esperanza, aunado a mi dramática reacción: ”¡¡¡Van a reprobar !!!!!!! ¡¡¡No aprenderán nada!!”
En estos días siento que todo, todo sentimiento, se magnifica… Especialmente con una pizca de drama. Sin dejar de mencionar la merecida reverencia que merece mi sobre informado e hipocondriaquisimo cerebro que provoca que cada semana encaje en todos los síntomas (me gustaría que fuera más selectivo y me dijera, tal vez eres asintomática).
¿Estaré respirando bien? a veces es la cabeza, otras veces la garganta …. “¡el que tosa en la casa le aplicamos la sana distancia!” “¿cual es la línea de emergencias?” Estudiando nuevamente cada síntoma y casi siempre llego a la conclusión: ….Moriré mañana.
En cuanta las acortadas salidas…
Mis primeras salidas al súper se convirtieron en un terrible quebranto de voluntad … desinfecta llaves, abre carro, “chin ya toque la puerta sin desinfectar y metí la mano a la bolsa” ; deja desinfecto otra vez ya nada más me falta desinfectar al señor de la entrada … Psss psss mi spray mágico por todos lados… las monedas todo todo desinfectado …
Volteas a ver a la gente y traen cara de enojados o no se, igual son hipocondriacos como yo, pero no se ven las expresiones y cuando te saludan y no sabes ni quien es por la mitad de la cara tapada y ceja poblada. “Hay comadre, si nos hace falta una depilada”.
Está en chino esto … y si literal todos se me hacen iguales en esta etapa… pero con tanto encierro ahora ya no me escondo detrás de los limones y es que jamás me vi con tal elocuencia con cualquiera que me dirija la palabra … “¿Como has estado? Como ves las cosas?”… camino lentamente para espaciar un poco más mi tiempo fuera de casa …. y a quien uno se encuentre sin distinción de género o edades el tema en común no falla … y al menos preguntar por el clima ya no es la única pregunta sensata.
“Por favor, le pedimos a todos nuestros clientes (en especial la señora que esta platicando con las cebollas) solo estar el tiempo necesario para hacer sus compras” decía la señorita por el micrófono. ¿Me habrán visto!? ¡Se termino la chaleada!
Comienzo a apurarme … Desinfectando el carrito …. para cuando estaba guardando el mandado y atolondrada por la fila que estaba atrás de mi, metía rapidísimo todo en las bolsas cuando de pronto … se me ocurre rascarme el ojo.
¡¡¡¡¡El ojoooooo!!!!!! ¿Quién se rasca lo pupila del ojo en plena pandemia en el súper? Pues ¡Yo! Yo! Ni todo mi ritual sanitizante me salvo de mi tremenda idiotez. Ya mejor invítenme a su fiesta masiva del contagio de rebaño.
Respira, respira, venia casi que hiperventilando en el carro (es broma, pero no tanto) pensando… “¿Qué tocaste? ¡Tranquila! Todo lo desinfectaste, seguro si no te sacas la lotería tampoco te dará nada nada…”
En esta época para todas las rutinas cambiaron, los hábitos también …. la búsqueda del buen humor se vuelve muy necesario. Hoy se vuelve popular hasta el amigo más payaso, pero pensar positivo, como la vitamina C, es lo más recomendado.
Limito un poco más mis visitas al navegador y a los noticieros… para no morir cada semana. Y al final de la semana me auto receto una copita, o dos o tres… ¡hay que despistada!, las que sean suficientes para no pensar demasiado; porque mi hipocondriaco cerebro debe de estar muy pero muy ocupado.