Por Anagabriela De La Garza Moeller
Hoy fué el último día de clases de mis hijos, hoy no hubo besos y abrazos de sus Misses, siempre acostumbramos llevarles flores el último día de clases para agradecerles todo el amor y dedicación.
Hoy me topé con 2 clases llenas de amor y risas que terminaron con maestras aguantando el llanto, no se ustedes pero yo siempre he creído que cuando amas lo que haces se nota.
Se ve cuando tienes vocación y amor por tu trabajo pero esta contingencia evita que puedas realizarlo como quisieras.
El día de hoy quisiera agradecerle a las cuatro maestras de mis hijos, Cathy, Claudia, Anny y Fer por su infinita entrega y amor, por los días de abrazos y las horas de enseñanzas, juegos y a veces consuelo a mis niños.
Creo que siempre es difícil despedirse de un salón cuando acaba el ciclo escolar, ahora les toca despedir a un salón vacío, ese que solo iba a adelantar 15 días las vacaciones. Sus niños ya no regresaron a ese salón pero en cambio nos quedamos con todo el amor y la paciencia que le pusieron a cada una de las clases, de las tareas y proyectos atravez de una pantalla.
Les agradezco muchísimo este año escolar, pero sobre todo les agradezco lo que me enseñaron amí, que sí se puede enseñar atravez de una computadora y que el amor por niños que se convierten en parte de una familia para ustedes puede traspasar salones, puertas y computadoras.
Gracias Cathy, Claudia, Anny y Fer.